Las jornadas récord de calor estival son más frecuentes e intensas que antes de 1970, según un estudio publicado este mes por el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK, por sus siglas en alemán).
Para esta investigación, titulada «Global increase in record-breaking monthly-mean temperatures», los científicos del PIK utilizaron el banco de datos de la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos, que contiene los registros mensuales de temperatura a través del mundo desde 1880.
Los meses con temperaturas extraordinariamente elevadas se han quintuplicado en relación a lo que podría esperarse de no existir un recalentamiento planetario de largo plazo, nos dijo el jefe del equipo del PIK, el geofísico holandés Dim Coumou.
La tarea principal de este especialista desde que ingresó al PIK, en 2008, ha sido la de codiseñar un sistema climático computerizado, de los llamados Earth System Models of Intermediate Complexity (modelos de complejidad intermedia del sistema terrestre).
Con esta herramienta se busca «cimentar el camino para estudiar de manera eficiente los elementos cruciales del sistema climático terrestre, algunos de los cuales podrían atravesar un punto de inflexión en el siglo próximo» forzado por la acción de los seres humanos», estima.
Coumou señala que el estudio del PIK fue motivado por la frecuencia y la intensidad de olas de calor registradas en los últimos años, como las padecidas en 2003 en Europa, en 2010 en Rusia y en el Sahel, la zona africana de transición entre el desierto del Sahara y el sur más fértil, en 2012 en América del Norte y en las primeras semanas de este año en Australia.
«Aplicamos nuestro modelo de análisis estadístico a los datos de la NASA para estudiar la frecuencia de los picos de calor desde 1880 y, más específicamente, desde 1970, teniendo en cuenta que las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero y el recalentamiento global que causan se han incrementado» en los últimos 40 años, explica.
La investigación no solo comprobó que globalmente los meses más calurosos se han quintuplicado sino que la situación es aún más dramática en determinadas regiones del planeta. «En partes de Europa, África y Asia meridional, los meses con temperaturas altas se han multiplicado incluso por 10», asegura Coumou. Destaca, además, que el 80 por ciento de esos récords observados no habrían ocurrido sin mediar la acción humana.
Para el sociólogo alemán Harald Welzer, los resultados de esta investigación no constituyen una novedad. «Está claro desde hace tiempo que nuestra sociedad consumista, el modelo económico que impera en el mundo nos ha conducido a un atolladero». «Los datos sobre el recalentamiento global están directamente ligados al consumismo absurdo», insiste Welzer, director de una fundación ecologista dedicada a divulgar prácticas sociales y económicas que permitan «estilos de vida mejores, más justos y que conducen a una mayor felicidad».
«En Alemania, con 80 millones de habitantes, cada año se venden 10 millones de televisores de pantalla plana y los automóviles son tan grandes que ya no caben en los estacionamientos», señala. En la zona oeste, la más desarrollada del país, «un tercio de los alimentos comprados se tiran a la basura».
Para contrarrestar este modelo, Welzer aboga por un sistema de vida «con menos consumo, menos movilidad, menos prosperidad, pero también con menos trabajo, menos tensión y, por consiguiente, más tranquilidad».
Un segundo estudio publicado también este mes, realizado por la propia NASA utilizando su banco de datos, llega a similares conclusiones que el PIK, al determinar que 2012 fue el noveno año más cálido desde 1880, confirmando la tendencia que ya se veía venir de temperaturas globales crecientes.
También establece que los nueve años con temperaturas más altas desde entonces han sido a partir de 2000, a excepción de 1998. El récord lo tienen 2005 y 2010.
Los investigadores del Instituto Goddard para Estudios Espaciales (GISS, por sus siglas en inglés) de la NASA indican que la temperatura media global de 2012 fue de 14,6 grados, 0,6 grados más que la media hacia la mitad del siglo XX y 1,4 grados más que la media de los últimos 132 años.
Gavin Schmidt, climatólogo del GISS, señala en un comunicado de la NASA que los números correspondientes a un año más no son significativos en sí mismos. «Lo que importa es que esta década es más caliente que la anterior, que a su vez fue más caliente que la que le precedió». «El planeta se está recalentando, y el motivo es que estamos emitiendo cada vez más dióxido de carbono a la atmósfera», señala.
En el mismo comunicado, el director del GISS, James Hansen, afirma que «los dados climáticos están cargados». Aunque habrá algunas estaciones que serán más frías que la media a largo plazo, las personas perceptivas habrán ya notado que la frecuencia de olas de calor va en aumento, y son estas temperaturas extremas las que más afectan a la vida sobre la Tierra, agrega.
El estudio del PIK coincide con tales advertencias. En caso de continuar el recalentamiento global al ritmo actual, los expertos estiman que los récords mensuales de calor serán dentro de 30 años 12 veces mayores que sin cambio climático.
Pero el recalentamiento será aún mayor en África central y en la región del Amazonas, alerta Coumou, quien, pese a las claras conclusiones de su estudio, se niega a hacer recomendaciones a los gobiernos y a la población en general.
«Lo único que deseo es que los líderes políticos y las sociedades tomen plena conciencia de que el cambio climático no es un tema del futuro, sino que sus primeros impactos ya están ocurriendo, que el recalentamiento global es real y está provocado por actividades humanas». Y puntualiza «Si todos aprendemos a actuar en consecuencia, mucho mejor».