La principal promesa electoral del socialista François Hollande se queda de momento en el limbo. El organismo similar al Tribunal Constitucional español ha dado la razón al principal partido de la oposición, la UMP, que recurrió la reforma fiscal presentada por los socialistas, incluida en los presupuestos para 2013.
Los sabios del Consejo Constitucional francés no entran a valorar el fondo del nuevo impuesto, sino su método de cálculo, porque se aplicaría sobre los ingresos individuales y, según la oposición venía denunciando, eso da lugar a situaciones paradójicas. En las unidades familiares con un solo miembro que ganara más de un millón de euros habría que pagarlo, mientras en las que hubiera una pareja, que ganara 900.000 euros cada uno, quedarían exentas.
El golpe para los socialistas franceses es, sobre todo, simbólico. De hecho, la medida era más un gesto que un efectivo método de recaudación que, como mucho, aumentaría en 500 millones las arcas públicas. Sin embargo, el proyecto fue polémico desde su anuncio y ha provocado sonoras fugas de grandes fortunas de Francia, como la del actor Gerard Depardieu.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, se apresuró a decir que la decisión del Constitucional no afectará a sus esfuerzos por reducir el déficit público en Francia y que se presentará una propuesta revisada sobre la actual en el marco de la próxima ley presupuestaria.