Con datos todavía no definitivos, el conservador David Cameron es el gran triunfador de las elecciones británicas celebradas el jueves, pero no alcanza la mayoría absoluta para gobernar.
Ha habido un trasvase de unos 70 escaños con los laboristas y los liberales-demócratas, lejos de las expectativas levantadas por su líder Nick Clegg en la campaña, se convierten en árbitros y pueden dar el gobierno a unos o a otros.
Cameron no se ha postulado aún como nuevo primer ministro, pero sí ha dicho que los conservadores han perdido el derecho a gobernar. Sin embargo, el primer ministro Gordon Brown no renuncia todavía a Downing Street. Esta madrugada ha dicho que está obligado a jugar un papel para formar un gobierno estable, es decir, se dispone a negociar. Y el liberal-demócrata tiene la llave.
Con los resultados conocidos a las 8 de la mañana, la proyección de escaños definitiva podría ser ésta: Conservadores, 305; Laboristas, 255; Demócratas-liberales, 61.