En un comunicado emitido este jueves, el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjoern Jagland, ha hecho un llamamiento para investigar «las circunstancias socioeconómicas que hay de fondo y la razón por la que se han producido numerosas protestas pacíficas en las calles». Jagland dice estar «particularmente preocupado» por el «uso excesivo de la violencia» que está ejerciendo la policía contra los manifestantes.
Desde el Consejo de Europa critican el arresto de manifestantes y periodistas en las protestas que estos días se vienen repitiendo en Ferguson, que a su juicio «obstaculizan el pleno ejercicio de los Derechos Humanos, empezando por el derecho de libre reunión y la libertad de expresión». Jagland recuerda a las autoridades estadounidenses que ambos son «el fundamento de la democracia» y que cualquier restricción de los mismos debe ser «proporcionada y conforme a derecho».
El origen de los disturbios hay que buscarlo el pasado 9 de agosto. Aquella tarde Michael Brown, un joven de origen afroamericano de 18 años, fallecía tiroteado por el agente Darren Wilson. La primera versión policial aseguraba que el chico, que se encontraba con un amigo, trató de atacar a Wilson para arrebatarle la pistola, a lo que el policía respondió con varios disparos.
Sin embargo, la familia y los vecinos han cuestionado este relato de los hechos desde un principio. El amigo, que se encontraba junto a Michael Brown cuando murió, ha explicado que el agente le disparó estando desarmado y cuando ya había levantado los brazos. Además, la autopsia ha revelado que el joven recibió hasta seis disparos. Para familiares y amigos son evidencias de que la policía de Missouri actúa con «tintes racistas».
Desde entonces miles de personas se han concentrado cada tarde en el centro de Ferguson para pedir que se haga justicia. Pero lo que al caer la tarde comienza como una protesta pacífica, noche tras noche deriva en saqueos, detenciones, disparos y cargas policiales.
Asumir responsabilidades
Tras doce días de disturbios, desde el Consejo de Europa se ha pedido a ambas partes, policías y manifestantes, que asuman su responsabilidad. «Confío en que se lleve a cabo una investigación adecuada», ha pedido Jagland, que ha recordado a Estados Unidos que al aceptar ser observador del Consejo de Europa, una institución paneuropea para la defensa de las libertades fundamentales, «aceptó adoptar y defender los principales valores de esta organización».
Ante el descontrol en las calles, el gobernador de Missouri decidía desplegar a la Guardia Nacional. El Gobierno federal también optaba por tomar cartas en el asunto. En un comunicado, el presidente estadounidense, Barack Obama, calificaba la muerte de Michael Brown de «desgarradora» y hacía una llamada a la calma. El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, también ha viajado a la zona para conocer de primera mano cómo avanzan las investigaciones. «Entiendo esta desconfianza. Soy el fiscal general de Estados Unidos, pero también soy un hombre negro», aseguraba durante la visita.
Unos gestos que parecen haber surtido efecto. Sea por la visita o sea por el cansancio de 12 días de protestas, el grado de violencia y el número de detenidos se ha ido rebajando con el paso del tiempo.
La fiscalía del condado, por su parte, ya ha presentado las primeras pruebas de la investigación al gran jurado, que es el encargado de decidir si finalmente inculpan al agente Darren Wilson, una decisión que podría tardar meses. Entre tanto, el policía se encuentra suspendido de empleo y con sueldo de forma cautelar.