En declaraciones al diario alemán Bild, Oettinger afirma que «lo mejor sería que funcionarios cualificados del resto de los países de la UE trabajen como asesores y ejecutores de la administración durante un largo plazo de tiempo en Grecia».
Su argumentación se basa en que el gobierno griego no está siendo capaz de recaudar los impuestos pendientes ni vender las propiedades del Estado, medidas previstas en su plan de ajuste presupuestario, y opina que los funcionarios europeos podrían trabajar «sin resistencias y acabar con los derroches». «Quien reclama solidaridad de los demás estados debe estar dispuesto a ceder parte de sus responsabilidades por un tiempo».
El comisario alemán no quiere ver a Grecia fuera de la zona euro, pero apuesta porque ceda soberanía presupuestaria a la UE. Cree que los países incumplidores, de esta forma, tendrían que justificarse ante los ciudadanos y frenaría a los que se endeudan en exceso.
Oettinger llega más lejos incluso en lo simbólico. Como iniciativa de castigo, se le ocurre hacer que las banderas de los países que pecan con la deuda ondeen a media asta ante los edificios oficiales de la UE. «No sería mas que una medida simbólica, pero tendría efectos aterradores».