Tras la crisis financiera y económica, queda otra fase «la crisis política, que a todas luces estamos obligados a evitar», ha dicho Joaquín Almunia quien ha alertado de la «crisis de desafección», que afecta a aquellos que creen que con las políticas actuales no se podrá recuperar el pacto social que ha movido a Europa desde la segunda guerra mundial.
Ese desapego «abre la puerta a populismos ha señalado el comisario que ha asegurado que «hay voces que ponen en duda las bases mismas del sistema de democracia parlamentaria». Ha añadido que si eso se cuestiona se pone también en duda la idea misma de la integración europea.
En cuanto a España ha señalado que los gobiernos, de José Luis Rodriguez Zapatero y de Mariano Rajoy», han tomado decisiones importantes. «Se le reconoce a España la capacidad de asumir responsabilidades y tomar medidas por duras que sean» y ha señalado que a pesar de eso cree «que queda mucho trabajo» por hacer.
Entre las cosas que quedan por hacer ha citado las tareas pendientes en el sistema educativo, en la falta de trabajo, en el apoyo a la investigación, a la innovación, a la necesidad de eliminar trabas administrativas, a la capacidad de cobrar los ingresos y de absorber las deudas públicas y privadas.
Ha señalado que España no puede permitirse «el lujo de ser euroescéptica» y ha dejado claro que los ciudadanos deben saber lo que queda por hacer, que es «mucho».
España debe de estar «más presente a todos los niveles» en Europa, y eso no depende de «tener un cargo u otro». Preguntado por el candidato español a la Comisión Europea, Miguel Arias Cañete, ha dicho que son los eurodiputados los que deben decidir sobre su idoneidad y ha asegurado que el europarlamento «valora a los candidatos en función de lo que dicen allí y no de los periódicos».
En cuanto a Cataluña ha precisado que el derecho a decidir no es votar los que uno quiere cuando quiere», sino que hay que seguir «normas y procedimientos», y que «los problemas políticos hay que discutirlos políticamente.