Los Cartoon Tributes, se conceden durante la celebración del Foro Europeo de Animación, que se celebra anualmente en Lyon donde esta semana se han reunido más de 700 profesionales de 40 países. El Foro es una plataforma parcialmente financiada por el programa MEDIA. Este proyecto de la UE para potenciar el cine del continente ha facilitado desde 1999 la financiación de 200 películas para lo que se han destinado 1.400 millones de euros.
Peter Lord, presentaba «The Pirates», una aventura de estilo «stop-montion» en tres dimensiones, que ya optó a los Oscars y se ha impuesto al italiano Enzo d'Alò, con la película «Pinocchio» y al francés Michel Ocelot, que presentaba «Kirikou et les hommes et les femmes». Les Armateurs, vencedor en el apartado de mejor productor europeo, es conocido por haber producido «Las trillizas de Belleville». Su última película «Ernest y Celestine» ha recaudado unos 6 millones de euros en Francia.
El cine de animación en Europa ha aumentado su presencia en la pantalla en los últimos años. En España el crecimiento, se ha visto aupado por los reconocimientos internacionales a «Planet51», «Las aventuras de Tadeo Jones» o «Chico y Rita». Recientemente se ha presentado el «Libro Blanco de la Animación», una radiografía del sector, donde se recoge que el volumen de negocio aumentará en los próximos cinco años a una media del 19% anual, para alcanzar una facturación de 879 millones de euros en 2017, frente a los 306 millones de euros ingresados en 2011. Este sector busca herramientas financieras que le permitan continuar exportando y pide más implicación de las televisiones.
En Francia, superpotencia europea de este sector, ha crecido un 7 por ciento hasta llegar a los 32, 37 millones de entradas y atrae tanto a pequeños como adultos. «Ernest y Celestine», de Benjamin Tenner, Vincent Patar y Stéphane Aubier, ha recibido este año el César a la mejor película de animación. En ese país, desde 2008 las películas francesas estrenadas en las salas galas ha superado el de las películas estadounidenses. El 47 por ciento de las que se proyectaron eran francesas frente al 35 por ciento que copaban la pantalla los largometrajes estadounidenses.