La decisión de la Comisión Europea de aprobar una propuesta de Reglamento del Consejo para que se cierren las minas de hulla que sean deficitarias antes del 1 de octubre de 2014 ha provocado las protestas de sindicatos y comunidades implicadas en España.
El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, ha dicho que tanto la UE como el comisario de competencia, Joaquín Almunia, saben que la minería europea no puede funcionar sin ayuda.
Por su parte, Cándido Méndez, secretario general de UGT ha afirmado que el suministro de energía debe ser independiente y que en España ya se importa el 80% del carbón que se utiliza en las centrales eléctricas.
La Comisión se había planteado prohibir las ayudas de funcionamiento a finales de este año 2010, que expira el Reglamento en vigor. Lo han aplazado 4 años por las terribles consecuencias sociales y económicas que tendría para países que están saliendo de la recesión o todavía están en ella.
La propuesta de Reglamento, que debe ser aprobada por el Consejo de ministros, permitiría a los Estados miembros conceder ayudas de funcionamiento a las minas de carbón deficitarias, sólo si estas presentan un plan de cierre definitivo antes del 1 de octubre de 2014. Las subvenciones deberán ser decrecientes en el tiempo, con una reducción de al menos el 33% por un periodo de 15 meses. En el caso de que la mina no cierre en la fecha prevista deberá devolver el dinero recibido. Además cualquier subvención que dé un Estado deberá estar supeditada a un plan de otras energías eficientes, renovables o captura y almacenamiento de carbono, para mitigar los efectos medioambientales del carbón subvencionado.
La propuesta de la Comisión se refiere solamente a las minas de hulla. El lignito es un tipo diferente de carbón, que no puede recibir subvenciones. La producción de hulla en la UE es pequeña en relación a la demanda y no deja de descender, 147 millones de toneladas en 2008, el 2,5% de la producción mundial. Más de la mitad de la hulla se produce en Polonia, la otra mitad se extrae principalmente en Alemania, Reino Unido, República Checa y España. Tiene que importar más de la mitad del combustible que utiliza en las centrales eléctricas de carbón: 180millones de toneladas, de Rusia, Colombia, Sudáfrica y EEUU.
Las ayudas han ido descendiendo, de los 6.400 millones de euros en 2003 a los 2.800 millones en 2008. El sector emplea a unas 100.000 personas, 42.000 en el sector hullero y el resto en industrias afines.
El objetivo del Reglamento es hacer algo parecido a lo que ya se hizo en los sectores siderúrgico o de la construcción naval. Las subvenciones que se continuarán dando deberán ir dirigidas a abordar los costes de asesoría y formación de los trabajadores que se queden sin trabajo, de las jubilaciones anticipadas y para ayudar a otros sectores que se vean afectados por el cierre de las minas. Una parte de las ayudas deberá cubrir los costes ambientales de limpiar las explotaciones, eliminación de aguas residuales, seguridad subterránea y otros costes de rehabilitación.
Asegurar la producción en España
El Gobierno español ha elaborado un Real decreto para salvaguardar la producción de carbón nacional. El Colegio de Comisarios ha decidido dejar para septiembre el dictamen sobre ese Real decreto que permitiría la subvención de la producción eléctrica con carbón y así se aseguraría el consumo de los diez millones de toneladas de carbón que se producen anualmente en España.
El vicepresidente y comisario de Competencia, Joaquín Almunia y el presidente, Durao Barroso al no conseguir vencer la oposición de un grupo de comisarios optaron por retrasar la decisión para que puedan convencerse de que el Real decreto español no vulnera la legislación europea, que permite a cada país subvencionar hasta un 15% de la energía que produce siempre que se genere a partir de fuentes autóctonas.