El fiscal Dermot Groome ha dicho que presentaría evidencias que demostarán que «más allá de toda duda razonable, la mano del Mladic estaba en cada uno de esos crímenes». «El mundo observó estupefacto que en barrios y aldeas de Europa se estaba produciendo un genocidio», ha dicho Groome al describir el inicio de la guerra en 1992. «Cuando Mladic y sus tropas asesinaron a miles de personas en Srebrenica, estaban bien entrenados en el arte de asesinar» ha explicado al tribunal.
Vestido con un traje gris oscuro y corbata, Mladic, ahora con 70 años, levantó sus pulgares y aplaudió al entrar a la sala de audiencias en La Haya. En el numeroso auditorio que presenció el comienzo del proceso, la madre de una de las víctimas de Srebrenica susurró varias veces al acusado, «buitre». Más tarde, Mladic miró a la mujer musulmana y le apuntó con un gesto amenazador, pasando su mano por su garganta. Esto obligó al presidente del jurado, Alphons Orie, a pedir un breve receso para evitar «interacciones inapropiadas».
Según el corresponsal de la cadena árabe Al Jazeera, Barnaby Phillips, «Ratko Mladic claramente no es el hombre alto, robusto, e imponente físicamente que recordamos de las imágenes de inicios de los 90. No obstante, aun a su edad, el general sigue mostrándose desafiante como siempre». Axel Hagedorn, abogado de varias madres de víctimas de Srebrenica, ha recordado que muchas de las víctimas han viajado a La Haya, porque están aliviadas al ver finalmente a Mladic sentado en el banquillo. «Creo que está mucho más saludable que el año pasado» y ha inciado que «para nosotros fue algo bueno que apareciera, porque esperamos que pueda sobrevivir a este juicio y ser encarcelado». Fuera de la sala de audiencias, un grupo de manifestantes mostraban pancartas, entre las que se podía leer: «Queremos justicia para las víctimas de Srebrenica».
Hay temores de que el juicio a Mladic pueda verse interrumpido por la deteriorada salud del acusado. Habría sufrido al menos un derrame cerebral cuando se escondía de la justicia, y estuvo internado en octubre por neumonía. Hay que recordar que el expresidente serbio Slobodan Milosevic (1992-1995 y 1998-2000) murió de un ataque cardíaco cuando estaba detenido en 2006, antes de que se llegara a un veredicto sobre su caso.
Hagedom cree que el juicio a Mladic también ayudará a preparar un caso separado por parte de las familias de Srebrenica contra la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por no haber impedido el genocidio En abril, la Corte Suprema de Holanda falló que la ONU no podía ser sometida a un proceso en La Haya. No obstante, los abogados de las familias prevén apelar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. «Este caso está muy vinculado con el nuestro. Porque pone sobre la mesa el fracaso de la ONU a la hora de proteger a la población de Srebrenica».
Ratko Mladic, arrestado en una aldea del norte de Serbia en mayo de 2011, también está acusado ordenar un cerco de más de 44 meses contra Sarajevo, en el que murieron más de 10.000 personas. En una audiencia preliminar realizada en junio del año pasado, el acusado se negó a pedir clemencia y rechazó los cargos en su contra, calificándolos de «monstruosos» y «detestables». Arguyó que había defendido a su país y a su pueblo como líder del ejército serbobosnio. Es el último de los principales líderes involucrados en las guerras de la antigua Yugoslavia de los años 90 en comparecer en un juicio ante un tribunal especial de la ONU.
«Este es el mayor carnicero de los Balcanes y del mundo», dijo Munira Subasic, de 65 años, a la agencia de noticias AFP, una mujer que perdió a 22 familiares en la masacre de Srebrenica, en julio de 1995. Como era de esperar, el juicio a Mladic ha acaparado la atención en los Balcanes. El proceso es transmitido en directo a través de pantallas gigantes instaladas en Sarajevo, donde miles de ciudadanos murieron entre 1992 y 1995.
«Espero que muchos de los que están desilusionados y creen que Mladic es un héroe serbio cambien su forma de pensar y que el juicio demuestre que solo era un criminal y un cobarde», ha dicho Fikret Grabovica, presidente de una asociación de familiares de personas fallecidas en el cerco a Sarajevo.