La Séptima Cumbre anual de los gobernantes de las potencias emergentes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), también coincide con la creciente tensión entre Rusia y Occidente por Ucrania y la expansión hacia el este de la Organización del Tratado del Atlántico Norte , así como por el crecimiento económico de Asia, en particular de China.
La sigla y el concepto del BRIC fueron creados en 2001 por Jim O'Neill, un ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs y actual ministro en el gobierno de Gran Bretaña. Sudáfrica se añadió en 2011, a petición de China, con el consiguiente cambio al nombre actual de BRICS.
Aunque funciona como grupo desde 2006 y celebra cumbres anuales desde 2009, el BRICS no recibe tanta atención de los medios de comunicación internacionales, en parte debido a las diferencias políticas y socioculturales y a las dispares etapas de desarrollo de sus integrantes.
La aparición de este tipo de agrupaciones coincide con el relativo declive económico del Norte industrializado que ha permitido la participación de potencias emergentes, como China e India, en las estructuras de gobernanza mundial, hasta ahora dominadas por Estados Unidos y sus aliados. El centro de gravedad económica se está desplazando de Occidente, como reconoce el gobierno de Barack Obama en Estados Unidos, para el cual el eje de la política exterior se traslada a Asia.
En el ranking de las 500 mayores empresas del mundo que publica la revista estadounidense Fortune, Brasil, China, India y Rusia pasaron de tener 27 transnacionales con sede en sus países en 2005 a más de 100 en 2015.
Huawei, una empresa china de equipos de telecomunicaciones, tiene registrada la mayor cantidad de patentes internacionales. La brasileña Petrobras es la cuarta mayor empresa petrolera del mundo, mientras que el grupo Tata se ha convertido en el primer conglomerado de India en tener ingresos superiores a los 100.000 millones de dólares anuales.
Desde 2006, China ha sido el mayor tenedor de reservas de divisas, cuyo monto se calcula en 3,8 billones de dólares en 2015. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el producto interior bruto chino superó al de Estados Unidos en 2014, por lo que es la mayor economía mundial en función de su poder adquisitivo.
En términos más generales, los principales países del Sur global han exhibido un impresionante crecimiento económico en las últimas décadas.
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para 2013, titulado El ascenso del Sur, pronosticó que en 2020 la producción económica combinada de Brasil, China e India superará a la producción acumulada de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.
Aunque las relaciones individuales entre los países del BRICS y Estados Unidos difieren notablemente, el grupo fue concebido como una alternativa al poder de Washington, y es la única agrupación importante que no incluye a Estados Unidos u otro miembro del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos.
Sin embargo, y con la posible excepción de Rusia, ninguno de los cinco miembros del BRICS está dispuesto a enfrentarse a Estados Unidos, el país con el que tienen su relación más importante. De hecho, China es uno de los mayores inversores en Estados Unidos, mientras que Brasil, India y Sudáfrica muestran afinidades democráticas con el Norte industrial.
Aunque la idea del BRIC nació en Rusia, China se ha convertido en la fuerza impulsora de la actual agrupación.
El escritor británico Martin Jacques señaló en su bestseller When China Rules the World (Cuando China gobierne el mundo) que Beijing opera «tanto dentro como fuera del sistema internacional existente y, al mismo tiempo... patrocina un nuevo sistema internacional centrado en China que coexistirá con el sistema actual y... comenzará a usurparlo».
Una manifestación de este cambio es la creación del Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, que financiará proyectos de desarrollo alternativos a los del Banco Mundial y el FMI. Con sede en Shanghái, China ha hecho la mayor aportación al banco, lo que probablemente acreciente su predominio en el grupo.
Más allá del BRICS, Beijing también ha inaugurado el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, que ya cuenta con 57 miembros, entre ellos Alemania, Australia y Gran Bretaña, y en el cual China tendrá más del 25 por ciento de los derechos de voto. India y Rusia son el segundo y el tercer accionista del banco, respectivamente.
Estos cambios también repercuten en los medios. China ha invertido miles de millones de dólares en sus comunicaciones externas, incluida la expansión de sus redes de radiodifusión, como CCTV News y la televisión en inglés de Xinhua, CNC World. Rusia también entró en el mundo de las noticias en inglés en 2005 con la red Russia Today, ahora conocida como RT, que también transmite las 24 horas del día en árabe y español.
Sin embargo, como revela el nuevo libro Mapping BRICS Media (Mapa de los medios del BRICS), del cual soy editor junto con Kaarle Nordenstreng de la Universidad de Tampere, Finlandia, hay muy poco intercambio mediático dentro del BRICS, y sus países siguen recibiendo las noticias internacionales en gran parte de los medios de comunicación angloestadounidenses.
La creciente cooperación económica entre Beijing y Moscú indica que existe una nueva ecuación económica entre ambos, fuera del control occidental. Dos acuerdos comerciales que se están negociando y que están liderados por Estados Unidos: la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP) y la Alianza Transpacífica (TPP), excluyen a los países del BRICS, en parte como reacción a la competencia de China.
Por su parte, China parece haber utilizado al BRICS para señalar que está ascendiendo «con el resto» de sus integrantes y por lo tanto, es menos amenazadora para la hegemonía occidental.
La cumbre del BRICS se realizará en conjunto con la reunión del Consejo de los Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). La única vez anterior que las dos cumbres habían sesionado de manera conjunta también fue en Rusia, en la ciudad de Ekaterinburgo, en 2009.
Aparte de dos miembros del BRICS, China y Rusia, la OCS incluye a Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
La organización no ha ampliado su número de integrantes desde que se creó en 2001. India tiene el rango de «observador» dentro de la OCS, aunque se habla de que en la cumbre de Ufa podría acceder a la adhesión plena. Si eso ocurriera, el «eje» se habría trasladado un poco más hacia Asia.