El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que hoy dictaba su esperado discurso del Estado de la Unión ante el Parlamento Europeo, ha presentado las propuestas para el mecanismo único europeo de supervisión, como «un paso fundamental hacia una unión bancaria». «Que exista un órgano supervisor único no es una opción para la zona euro, es necesario» ha dicho Durao Barroso
Por su parte el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, ha explicado que el BCE deberá asegurar que los bancos de la zona euro se «atengan a buenas prácticas financieras» y ha asegurado que «Nuestro objetivo último es dejar de utilizar el dinero de los contribuyentes para sacar de apuros a los bancos».
El BCE deberá separar la supervisión de la política monetaria y deberá rendir cuentas de sus decisiones de supervisión ante el Parlamento Europeo.
La entidad financiera europea será responsable de autorizar a las entidades de crédito; velará por el cumplimiento de los requisitos de capital, apalancamiento y liquidez, y llevará a cabo la supervisión de los conglomerados financieros. Podrá intervenir a un banco cuando incumpla o corra el riesgo de incumplir los requisitos reglamentarios de capital, y les podrá exigir que adopten medidas correctoras.
La Comisión Europea quiere que el mecanismo único de supervisión esté operativo el 1 de enero de 2013. En esa fecha el BCE podrá supervisar a cualquier entidad de crédito, especialmente las que hayan solicitado o recibido fondos públicos. A partir del 1 de julio de 2013 todos los bancos importantes sistémicos estarán ya bajo la supervisión del BCE y el 1 de enero de 2014 lo estarán todos.
El mecanismo de supervisión abarcará a los aproximadamente 6.000 bancos que hay en la zona euro. No son solo los grandes bancos los que pueden poner en peligro la estabilidad financiera de la región, como ha demostrado la experiencia reciente.
El BCE será independiente en la realización de estas tareas. Será responsable ante el Parlamento Europeo y el Consejo/Eurogrupo. Presentará informes periódicos y responderá a las preguntas de los europarlamentarios. En su tarea de supervisión colaborará estrechamente con las tres autoridades europeas que se crearon en enero de 2011, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) que se ocupa de la supervisión bancaria, así como de la supervisión y recapitalización de los bancos, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), que se ocupa de la supervisión de los mercados de capital y la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (AESPJ), que se ocupa de la supervisión de los seguros.
Las nuevas tareas que asume el BCE implican gastos, entre otras cosas de personal, que no incrementarán el presupuesto de la UE. La supervisión del BCE se financiará mediante el cobro de cuotas a las entidades supervisadas y se calculará según el tamaño y los riesgos que planteen esas instituciones.