La legislación comunitaria prohíbe la adquisición directa de instrumentos de deuda soberana de los gobiernos, «pero no en los mercados secundarios», ha recordado Trichet ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo. Hacía frente así a las críticas contra la intervención del BCE para frenar la subida de la prima de riesgo de países de la eurozona, como ha ocurrido este mes con España e Italia. Las tensiones han reaparecido en los mercados financieros y la incertidumbre sigue siendo «especialmente elevada».
De modo que el organismo monetario europeo seguirá en la misma línea el resto del año, aunque Trichet ha querido dejar claro que eso no exime a los países en dificultades de garantizar «el respeto estricto de la disciplina presupuestaria» y ha advertido de que espera una «implementación estricta y rápida» de las medidas de consolidación anunciadas por los gobiernos europeos.
El presidente del organismo monetario europeo ha defendido su política también respecto al sector privado y ha justificado la decisión del BCE de seguir ofreciendo préstamos a los bancos durante el resto del año para garantizar que tienen cubiertas sus demandas de liquidez. El Banco Central Europeo dispone de 530.000 millones de euros para esas operaciones, 470 bancos participan y más de 6.000 pueden potencialmente solicitar préstamos.
Trichet prevé un crecimiento modesto del Producto Interior Bruto en la zona euro y anuncia que la inflación seguirá siendo elevada durante algunos meses.