Draghi ha elogiado el proceso de reformas emprendido por el gobierno español, que ha calificado de «esfuerzo extraordinario» que además no se detiene. En ese sentido, el banquero europeo ha señalado que «no tenemos motivos para dudar del compromiso absoluto de Gobierno español de levar a cabo las reformas necesarias. Desde este punto de vista, toda la Unión está al lado de la España y también el BCE».
Pero el apoyo tiene sus límites. A una pregunta del diputado del PP, Pablo Zalba, sobre la continuidad de la compra de deuda española por el BCE para aliviar la financiación de España mientras las reformas puedan dar resultado, Draghi ha echado mano de la legalidad para recordar que ese programa de compra «no es eterno» y que «el BCE debe actuar dentro de los límites de su mandato, que prohíben la financiación monetaria... porque la credibilidad del BCE es una de las pocas cosas que quedan».
O sea, que desde la sede de Fráncfort o se ve mejor la situación de lo que parece o es que ya no está Italia junto a España en la cuerda floja de los mercados. El caso es que Draghi tampoco cierra la puerta a una nueva intervención si la cosa empeora pero señala que «nunca nos comprometemos de antemano».
Draghi, satisfecho con las operaciones de liquidez
El presidente del BCE ha justificado su rechazo a seguir con las compras de deuda soberana de los Estados también porque considera que las dos operaciones de inyección de liquidez realizadas por la entidad emisora europea han permitido estabilizar el sistema financiero de la eurozona.
Sobre ese asunto, los eurodiputados verdes y de la izquierda han querido saber qué uso se ha hecho con los mil millones de euros que el BCE puso en el mercado o por qué se da un trato indulgente a los bancos. Draghi ha respondido que las operaciones del BCE han tenido resultados positivos al reabrirse varios canales de transmisión de dinero y que los bancos son un canal esencial para el proceso del crédito en Europa, aunque ha dejado claro que ese tipo de medidas por sí mismas no impulsan el crédito a las empresas ni a los hogares.
Para terminar, el presidente de la entidad monetaria europea pide a los gobiernos que sigan con los ajustes presupuestarios y las reformas estructurales y además reclama a los líderes de la eurozona una reflexión «sobre la visión a largo plazo para Europa, como hemos hecho en el pasado en otros momentos definitorios en la historia de la Unión».