El representante alemán en el comité ejecutivo del BCE, Jörg Asmussen, pide al gobierno español que aplique el presupuesto lo antes posible, sin esperar al procedimiento legislativo normal, que retrasaría la aplicación de las medidas hasta junio. El BCE pide también al ejecutivo español una estrategia presupuestaria global a medio plazo para recortar el déficit.
A le entidad monetaria europea le corresponde ahora, junto a la Comisión Europea, analizar los presupuestos españoles y para ambas instituciones las dudas están en cómo se van a reducir los déficit regionales.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, considera que las medidas aprobadas por el gobierno español confirman el 5,3% de déficit acordado para este año. Sin embargo, se reserva una evaluación más completa, hasta conocer los detalles del ajuste de la administración central y de las comunidades autónomas. «El compromiso sin ambigüedades del Gobierno español con el objetivo de déficit del 3 % para 2013 es de hecho de una importancia suprema», dijo Rehn. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, señaló que «España está tratando de aplicar la política que esperamos sus socios europeos».
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, ya ha dicho que el gobierno intentará acelerar el procedimiento parlamentario de aprobación de los presupuestos y que en tres semanas remitirá a Bruselas su plan de estabilidad que incluye previsiones fiscales hasta 2015.
«Se ha considerado que el esfuerzo es importante, que España cumple con sus objetivos de consolidación fiscal», dijo De Guindos tras presentar las cuentas a sus colegas comunitarios. Las declaraciones de los gobierno europeos, efectivamente van en ese sentido. Empezando por el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quien señaló que las medidas adoptadas por el gobierno de Rajoy son correctas, a pesar de la contestación social: «En España se dan naturalmente las reacciones correspondientes en la sociedad cuando se tienen que imponer reformas estructurales, pero eso es muy necesario».
El ministro francés de Finanzas, François Baroin, en la misma línea, señaló que «es un ejercicio difícil, pero obligatorio para todo el conjunto de países no solo para España». Su colega sueco, Anders Borg, declaró que «el Gobierno español ha tomado un paso que es muy bueno para toda Europa, porque si la incertidumbre creciera y la gente percibiese que España no va en la dirección correcta, nos llevaría adonde estábamos hace dos meses».