A pesar de las incertidumbres que comparten, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, justifica su política monetaria para favorecer el crecimiento y no cree que la situación haga necesario bajar el precio del dinero, cuando los riesgos de inflación son ahora «equilibrados».
En lo que va de año, los tipos de interés en la eurozona han subido en dos ocasiones, dejando atrás el mínimo histórico del 1%, en el que permanecieron desde mayo de 2009. Desde julio están en el 1,5% actual.
En agosto, la tasa de inflación en los países de la moneda única se situó en el 2,5%, igual que el mes anterior y en el segundo trimestre del año, el PIB de la eurozona registró una expansión del 0,2% respecto al trimestre anterior, cuando empezó la desaceleración en Francia y Alemania.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se ha sumado hoy a las negras previsiones del Fondo Monetario Internacional y ha rebajado sus previsiones para las grandes economías del mundo. Aunque sus peores perspectivas son para Estados Unidos, la OCDE cree que Alemania, Francia e Italia entrarán en crecimiento negativo durante el último trimestre del año.
En consecuencia, el organismo ha pedido a los bancos centrales que rebajen las tasas de interés donde se pueda o que adopten medidas que podrían incluir más intervenciones en los mercados de valores.
El BCE espera una expansión del PIB de entre el 1,4% y el 1,7% en 2011, frente a su previsión anterior (entre 1,5% y 2,3%). Para 2012, el crecimiento estaría comprendido entre un 0,4% y un 2,2% (antes, entre 0,6% y 2,8%).
Trichet ha recordado la necesidad de que los Estados pongan en marcha las medidas de consolidación fiscal y ha aclarado que la compra de deuda por parte del BCE tiene solo carácter temporal. Si lo ha hecho, ha dicho, es porque«los gobiernos no han actuado correctamente».
También hoy el Banco de Inglaterra ha decidido mantener los tipos en su mínimo histórico del 0,5%.