El BCE eleva de tres mil millones de euros a siete mil millones de euros el volumen máximo de bonos a corto plazo que el Banco de Grecia puede aceptar para conceder créditos a la banca privada. Atenas, podrá de esta manera emitir nueva deuda a uno, tres o seis meses para financiarse hasta que se concrete el nuevo tramo de su rescate.
En la actualidad la troika , el BCE, la CE y el FMI examinan en Atenas las cuentas públicas griegas para comprobar que está cumpliendo las condiciones que le impusieron cuando decidieron el rescate. Grecia está en bancarrota y no puede financiarse en los mercados por lo que tuvo que pedir hasta dos planes de ayuda de un montante total de 380 millones de euros que venía acompañado de unas medidas de ajuste que tienen a los griegos al borde del colapso.
El último Consejo del BCE ha dado más de sí. Entre otras cosas, para llamar la atención a Bélgica para que acelere las reformas económicas, en especial según la entidad financiera europea, las relacionadas con el mercado laboral y la administración pública.
«No hay más margen posible para Bélgica» ha declarado el economista jefe del BCE, Peter Praet, que opina que el país debe acelerar las reformas, hacer una administración pública más eficaz y un mercado de trabajo más flexible.
Según el Instituto nacional de estadística belga la actividad se redujo un 0,6 por ciento entre abril y junio, mientras que registró una caída del 0,4 por ciento en términos interanuales. Unos datos que confirman la tendencia negativa generalizada en la zona euro.