Según el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, la evaluación, que se hará siguiendo el mismo criterio para todas las entidades significativas, el 85 % del sistema bancario de la zona euro, tiene como objetivo fundamental «la transparencia» por lo que espera «que esta evaluación refuerce la confianza del sector privado en la solvencia de las entidades de crédito de la zona del euro y en la calidad de sus balances».
Las pruebas comenzarán el 1 de noviembre y durarán doce meses, hasta octubre de 2014 antes de que el BCE asuma su nuevo papel de supervisor único en noviembre de 2014. Se someterán al exámen 124 bancos, 16 de ellos españoles. Las pruebas se harán en colaboración con las autoridades nacionales competentes, que en el caso español es el Banco de España. Tanto el BCE como las autoridades del país estarán apoyados por especialistas independientes.
La evaluación tiene tres fases: una evaluación de control de riesgos para revisar, cuantitativa y cualitativamente, la situación, como la liquidez, el apalancamiento o la financiación; una revisión de la calidad de los activos y una prueba de esfuerzo para examinar la capacidad de resistencia de las entidades en momentos de estrés.