El Banco Central Europeo (BCE) no podía hacer otra cosa con la eurozona al borde de la deflación y la gran expectativa que se había levantado. En su reunión mensual, en la que ha estado presente el vicepresidente de la CE, Olli Rehn, los representantes de los bancos centrales han decidido una combinación de medidas para apoyar el acceso al crédito de la economía real.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha dicho en la rueda de prensa posterior a la reunión en la sede central del BCE en Fráncfort (Alemania) que prevé que los tipos de interés se mantengan durante mucho tiempo en la tasa a la que los acaban de situar y que si es necesario flexibilizarán más la política monetaria.
La reducción de los tipos de interés ha venido acompañada por dos operaciones de refinanciación a largo plazo (TLTROS, por sus siglas en inglés), una en septiembre de 2014 y la otra en diciembre del mismo año, por un importe de 400.000 millones de euros destinadas a reactivar el crédito a las familias y a las empresas no financieras que vencerán en septiembre de 2018.
Las entidades bancarias que participen en estas operaciones podrán tomar prestado inicialmente un 7 por ciento sobre el total de los préstamos que hayan concedido al sector privado de la eurozona a finales de abril de 2014 excluyendo hipotecas.
Entre marzo de 2015 y junio de 2016, todas las entidades bancarias podrán tomar prestado trimestralmente, hasta tres veces el importe de su financiación neta al sector privado no financiero de la eurozona, excluyendo préstamos a particulares para la compra de vivienda.
«Las entidades que no cumplan ciertas condiciones respecto al volumen de sus préstamos netos a la economía tendrán que devolver el dinero en septiembre de 2016», ha advertido Draghi.
El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido acelerar los trabajos prepatorios para realizar compras de valores respaldados por activos (ABS) para mejorar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria.
Las subastas de liquidez a tipo fijo a medio plazo se prolongarán hasta al menos diciembre de 2016 y suspenderá las operaciones de esterilización de la liquidez inyectada a través del programa de compra de bonos en los mercados secundarios.
Draghi ha dicho en la rueda de prensa posterior al Consejo que estas medidas están destinadas a apoyar la concesión de crédito a la economia real y espera que sirvan para que la inflación regrese a su objetivo del 2%.