El Consejo de gobierno del BCE ha mantenido el domingo una larga reunión antes de tomar la decisión y ante el rechazo de algunos de sus miembros, especialmente Alemania, donde se piensa que el banco europeo se extralimita en sus funciones con la compra de bonos y así perjudica a los países más competitivos de la eurozona.
Sin embargo, el BCE ha valorado las reformas aprobadas en España e Italia en las áreas de presupuestos y política estructural y considera que su aplicación mejorará la competitividad de sus economías y reducirá su déficit público. La entidad ha tenido también en cuenta el comunicado difundido este mismo domingo por el presidente francés y la canciller alemana, en el que celebran las medidas adoptadas por los gobiernos de Madrid y Roma «para acelerar la consolidación de las finanzas públicas y mejorar la competitividad».
Merkel y Sarkozy reiterán además su voluntad de aplicar plenamente el segundo rescate a Grecia, pactado por los líderes de la zona euro el pasado 21 de julio y apuestan por una mayor flexibilidad del Fondo Europeo de Estabilidad, como se ya se aprobó en esa reunión.
El pasado viernes, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, provocó cierta confusión en los mercados, al dar a entender que se compraría deuda de los países rescatados por la UE y el FMI, pero no de España e Italia. Ahora, la expectación es máxima este lunes, con el ingrediente añadido de la reacción de los mercados a la decisión de la agencia de calificación Standard & Poor's de rebajar su calificación de la deuda soberana de Estados Unidos.