La figura de una mujer de 17 metros de alto y 7 de ancho preside el escenario desnudo de casi cualquier otro elemento. De las entrañas de la figura emergen una serie de grotescos personajes que sólo tienen en común el miedo al fin del mundo que están convencidos se les viene encima. Cada uno reacciona de una forma ante el temor a la muerte y a la desintegración física.
«La idea inicial fue recrear una sensación de miedo visceral a la muerte, y analizar los procesos físicos que se producen en el cuerpo» explicaba el director Alex Ollé. Desde la descomunal figura se transmite una sensación de angustia a los personajes que representan partes de su cuerpo.
La Fura dels Baus se creó en 1979, han pasado treinta años de búsqueda implacable de nuevas formas de expresión teatral. Desde principios de los noventa el grupo encontró en la ópera y en los grandes eventos un acercamiento al teatro total que persigue.
El Gran Macabro parte de la obra del mismo título del escritor vanguardista Michel de Ghelderode, creador de un universo fantástico e inquietante, a menudo macabro, grotesco, cruel y con un negro sentido del humor. Un músico de vanguardia recogería la idea para escribir su única ópera, fue el austriaco de origen húngaro György Ligeti. Considerado el máximo exponente de la música experimental electroacústica de los años 60 del pasado siglo. Stanley Kubrick utilizó dos de sus creaciones Réquiem y Lux Eterna para que viéramos en 2001, una odisea del espacio como el mono evoluciona hasta el hombre 2000 años después. Lo malo fue que se le olvidó decírselo a Ligeti, que le tuvo que demandar.
En 2011 El Gran Macabro llegará al Liceo de Barcelona. euroXpress