Katainen se ha entrevistado con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y ha asegurado que los mercados no están valorando correctamente las «decididas» actuaciones del gobierno español. Convencido de que los ajustes son imprescindibles para recuperar la confianza en la economía española, alienta a que se cumplan los compromisos a la vez que se ponen en marcha reformas estructurales, aunque influyan en el crecimiento.
El primer ministro finlandés ha recordado la crisis que vivió su país a finales de los noventa y dice comprender a los ciudadanos que consideran injustos los recortes, sobre todo, cuando se ve que las medidas no son suficientes para que baje la prima de riesgo. Sin embargo, asegura que cuando desaparezca «la situación de pánico», la economía española despegará. «El mercado español es interesante, atractivo, grande, más competitivo que antes y hay confianza en Ejecutivo español», afirmó.
Helsinki ha condicionado su apoyo a los rescates europeos a la obtención de garantías adicionales y ha sido una piedra en el camino de la UE para decidir que el fondo de rescate europeo pueda comprar bonos en el mercado secundario para aliviar la presión sobre España e Italia. Su argumento es que hay finlandeses que ven injusto sufrir por una crisis que no han provocado. Además, Katainen opina que las diferencias entre los socios comunitarios son normales y que lo importante es aportar soluciones y no crear una lista de problemas.
Así que este lunes, en Madrid, el jefe del ejecutivo finlandés parecía otro. Ha llegado a decir que se pueden evitar «rescates adicionales» con los mecanismos disponibles en la UE, como la propuesta del Banco Central Europeo de comprar deuda soberana si hay una solicitud previa de ayuda financiera. Para terminar, Katainen ha sentenciado que Finlandia está comprometida al cien por cien para consolidar el euro a reformar sus principios para que en el futuro sea más fuerte que ahora».
Rajoy ha tenido una nueva oportunidad de insistir en que España «no rehuirá sus responsabilidades», y en que la petición del rescate no está todavía decidida. «Lo esencial es que un país se comprometa a poner en orden su propia economía», ha insistido. El presidente del gobierno recalca la «firme voluntad» de hacer todo lo que esté en su mano para superar la crisis y aprovecha el momento para la crítica, al afirmar que los tiempos en que los gobiernos «miraban hacia otro lado con la esperanza de que las dificultades pasaran de largo deben quedar atrás».