Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas ha hecho un llamamiento para que los gobernantes se comprometan a poner límite al alarmante descenso de la inversión en proyectos hídricos y de saneamiento en los países más pobres y pide que se ponga fin a la lamentable situación de los casi 900 millones de personas que «en un mundo pletórico de recursos» no tienen agua potable ni saneamiento «imprescindibles para disfrutar de una vida digna y de buena salud».
Según UNICEF, la Agencia de la ONU para la infancia, el agua contaminada causa cada año la muerte por diarrea de 1,5 millones de niños menores de cinco años. Un niño muere cada 20 segundos en el mundo por falta de agua en buenas condiciones.
Cada vez es más difícil la vida en el campo y las personas van a las ciudades buscando un mejor medio de vida. En estos momentos la mitad de la población mundial vive en centros urbanos, en 20 años será el 60% de los 5.000 millones de habitantes del mundo. El equipamiento de las ciudades no crece al ritmo de sus habitantes. En las urbes de países más desarrollados se derrocha el agua. No solo por un uso abusivo también por fugas, roturas de las conducciones y averías.
Debido a la creciente presión sobre el agua, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), calcula que de aquí al año 2027, un tercio de los habitantes del mundo sufrirá escasez seria de agua. Las razones son más que evidentes, la población crece y con ella la demanda de agua potable, la calidad del recurso es cada vez peor debido al empobrecimiento de los acuíferos y su sobreexplotación. El comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs, ha anunciado con motivo de este día, la creación de un programa dotado con 40 millones de euros para financiar proyectos de acceso al agua potable y servicios de saneamiento en países de África, Caribe y Pacífico
Pero el mayor peligro del agua es la mala gestión. La organización ecologista WWF, pide que el agua se administre por cuencas y no por territorios administrativos. De esta forma «se integrarían globalmente los diferentes intereses particulares de cada comunidad, región, provincia o municipio» y existiría una solidaridad entre los usuarios del agua.
Este 22 de marzo es una fecha emblemática para el agua de Europa, es el último día que tienen los Estados miembros para presentar sus planes de gestión de las cuencas hidrográficas europeas. Integrados dentro de la Directiva Europea Marco del Agua (DMA), que exige una estrecha coordinación entre los países que comparten cuencas hidrográficas y que deben tener una coherencia de criterios en toda la cuenca. Es el caso del Danubio que tiene un plan compartido por 14 países. En la UE hay 110 distritos hidrográficos.
La Directiva Marco del agua, se aprobó en el año 2000 y tenía como objetivo establecer un plan común para proteger las diferentes masas de agua de la UE: ríos, lagos, aguas costeras y capas freáticas. Como estas aguas las comparten diferentes Estados miembros se hizo hincapie en un enfoque integrado de la gestión de los distritos hidrográficos y se marcaron diferentes etapas. España es uno de los países que van más retrasados.
En la UE, como en cualquier parte del mundo la gestión eficiente del agua es fundamental. Las sequías son más frecuentes, un número cada vez mayor de regiones tienen cambios inesperados en el ciclo hidrológico y de lluvias y es prácticamente seguro que el cambio climático acentuará esos fenómenos.