La Comisión Europea estableció el año 2013 como «Año del Aire» para fortalecer las políticas contra la polución que desarrolla desde 1970 y para mejorar la calidad del aire en toda Europa. Sin embargo, el informe presentado este año bajo el título «Air quality in Europe-2013» revela que, a pesar de que en las últimas décadas han disminuido las emisiones de vehículos, industria, agricultura y hogares particulares, todavía queda mucho trabajo por hacer.
Dos contaminantes específicos, las partículas más finas y los niveles de ozono, siguen siendo, según el informe, los principales causantes de problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares y mortalidad. El documento se basa en los últimos hallazgos científicos que confirman que la polución afecta mucho más a la salud de lo que se pensaba.
Para Hans Bruyninckx, Directora ejecutiva de la AEMA, «gran parte de la población no vive en un medio ambiente saludable, de acuerdo con las normas vigentes. Para llegar a una senda sostenible, Europa tendrá que ser ambicioso e ir más allá de la legislación vigente».
En concreto, desde 2009 a 2011, el 96 % de los habitantes de varias ciudades europeas estuvieron expuestos a partículas en suspensión (especialmente las más finas, de menos de 2,5 micras, PM2,5) y hasta un 98% de la población estuvo expuesta al ozono troposférico (O3) en concentraciones por encima de las directrices de la OMS.
«La calidad del aire es una preocupación central para muchas personas. Las encuestas muestran que una gran mayoría de los ciudadanos saben del impacto de la calidad del aire en su salud y se preguntan si las autoridades públicas van a tomar medidas a nivel comunitario, nacional y local, incluso en tiempos de austeridad y dificultades», ha dicho el Comisario de Medio Ambiente Janez Potocnik.
La emisión de partículas PM10 (de diámetro inferior a 10 micras) y PM 2,5, disminuyeron respectivamente en un 14 y 16 % en la Unión Europea entre 2002 y 2011, como indica el informe de la agencia. Sin embargo, en 2011, el 33 % de los habitantes de la UE vivían en zonas donde las concentraciones máximas autorizadas de PM10 en 24 horas quedaron superadas. Conforme a las normas de la OMS, que no son obligatorias, se trata del 88 % de la población urbana.
Graves daños a la salud humana
Para la organización Ecologistas en Acción, el Estado español tiene una responsabilidad importante en la mala calidad del aire europeo y, como destaca el informe, buena parte de los problemas de contaminación en Europa tienen un origen transfronterizo. Una forma de luchar contra esta exportación de contaminación sería endurecer las exigencias de la Directiva de Techos de Emisión y España, según la ONG, es una gran incumplidora de estos techos.
Los problemas de salud vinculados con la contaminación del aire tienen un fuerte componente económico. La atención sanitaria a estos problemas cuesta en España entre 23.000 y 69.000 millones de euros cada año.
El mayor estudio europeo realizado hasta la fecha, en el que participa España a través del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental -CREAL- y publicado por la revista Lancet Respiratory Journal, basado en estudios en 74.000 mujeres de 12 países, muestra que una exposición aún limitada a partículas PM 2,5 durante el embarazo aumenta los riesgos de que el recién nacido tenga un peso insuficiente. Pesar menos de 2,5 kilos tras 37 semanas de embarazo puede provocar problemas respiratorios durante la infancia e incluso dificultades cognitivas.
Ecologistas en Acción recuerda que «a pesar de que se sabe que las PM 2,5 son el contaminante más peligroso, todavía no hay un límite legal en Europa específico para ellas: el límite de 25 microgramos por metro cúbico solo será obligatorio en 2015, y quizá se rebaje a 20 microgramos en 2020». La OMS recomienda no superar los 10 microgramos. Todo aumento de 5 microgramos por metro cúbico incrementa el riesgo de peso insuficiente en el nacimiento en un 18 %, según el estudio.
«Si los niveles de PM2,5 disminuyeran a 10 microgramos por metro cúbico se podría prevenir el 22 % de los casos de bajo peso al nacer de los partos de más de 37 semanas», ha explicado Jordi Sunyer, codirector del CREAL.
Las partículas de menor tamaño penetran en los pulmones y la sangre, provocando patologías respiratorias y cardiovasculares. Las PM10 son las emitidas principalmente por procesos mecánicos como las actividades de construcción, mientras que las PM 2,5 resultan de la combustión (madera, carburante, especialmente diésel). El ozono troposférico se genera con la acción conjunta de los rayos solares con las emisiones de los vehículos a motor y las actividades industriales, e irrita las vías respiratorias.