Estados Unidos y la UE consideran que la información de las cuentas bancarias de ciudadanos europeos es vital para quebrar la financiación del terrorismo. Sólo se trata de que en ese proceso quede garantizada la protección de la vida privada de los ciudadanos. Y, de momento, no saben cómo hacerlo.
El pasado febrero el Parlamento europeo confirmaba la mayoría de edad política que le ha dado el Tratado de Lisboa y vetaba un acuerdo de los 27 con Estados Unidos, para intercambiar datos financieros de los ciudadanos. Es el llamado acuerdo Swift, por el nombre de la empresa que almacena datos bancarios de los europeos en cualquier investigación por parte de las autoridades judiciales de Estados Unidos.
El argumento de la Eurocámara fue que no se ofrecían garantías de seguridad sobre el uso que Washington da a esa información. Además, a juicio de los parlamentarios, el acuerdo no era recíproco y no implicaba que los europeos tuvieran el mismo acceso a las transacciones de los estadounidenses.
La UE y Estados Unidos habían firmado el acuerdo un día antes de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, pero el voto en contra del Parlamento lo dejó en suspenso. Ahora la presidencia española y la Comisión trabajan a contrarreloj para mejorar lo acordado entonces y dar nuevas garantías de protección a los ciudadanos europeos.
En el Palacio de El Pardo (Madrid) este viernes los ministros de Interior y Justicia. Alfredo Pérez Rubacaba y Francisco Caamaño, el fiscal general y la secretaria de Seguridad e Interior de EEUU, Eric Holder y Janet Napolitano; y las comisarias de Justicia e Interior, Viviane Reding y Cecilia Malmström, han confirmado que el nuevo acuerdo está próximo.
La eficacia en la lucha contra el terrorismo es el objetivo. Rubalcaba dice que hay voluntad compartida para trabajar lo más rápidamente posible y restablecer el programa de seguimiento de financiación terrorista (TFTP). Bruselas y Washington dicen buscar un equilibrio entre libertad y seguridad, para superar las quejas del Parlamento. En poco tiempo la Administración estadounidense seguirá accediendo a la información financiera de los europeos, como venía haciendo desde el 11-S.
Swift es una empresa con sede en Bélgica, que gestiona la información sobre titulares y números de cuenta, origen y destino de transferencias de 8.000 instituciones y bancos en más de 200 países. euroXpress