«¿El Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, logró quitarle el respaldo a Palestina al convencer a Nigeria de abstenerse durante las 13 llamadas que hizo a líderes mundiales para que torpedearan la resolución?», preguntó Nadia Hijab, directora de Al-Shabaka: La Red de Políticas de Palestina.
«¿O es que Estados Unidos presionó a Palestina para que la votación se realizara ahora y así se asegurara el fracaso, ya que el 1 de enero el cambio en la composición del Consejo de Seguridad favorecerá a los palestinos?», continuó diciéndonos.
De ser así, «¿qué promesas de apoyo futuro hizo?», cuestiona Hijab.
La resolución fracasó porque no recibió los nueve votos necesarios para que el Consejo de Seguridad la adoptara. Probablemente habría fracasado de todas formas porque Estados Unidos había amenazado con ejercer su derecho de veto.
Los ocho países que votaron a favor fueron Argentina, Chad, Chile, China, Francia, Jordania, Luxemburgo y Rusia. Los dos votos negativos fueron de Australia y Estados Unidos, y las cinco abstenciones de Corea del Sur, Gran Bretaña, Lituania, Nigeria y Ruanda.
Días antes de la votación, Kerry llamó a decenas de funcionarios, miembros del Consejo de Seguridad, presionándoles para que se abstuvieran o votaran en contra. Según el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Jeff Rathke, una de esas llamadas se hizo al presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, que aseguró la abstención de ese país, aunque previamente se esperaba que votara a favor de la resolución.
Tras la votación, tres preguntas quedaron sin respuesta: ¿Estados Unidos presionó a Palestina para forzar la votación el martes 30 ya que el 1 de enero la nueva composición del Consejo de Seguridad habría sido más favorable a los palestinos?
¿Y por qué Palestina no esperó una semana más para asegurar esos votos y el éxito?
¿O se equivocó en el recuento?
El 1 de enero ha cambiado la composición del Consejo de Seguridad, con la incorporación de tres miembros no permanentes favorables a Palestina: España, Malasia y Venezuela. Samir Sanbar, otrora subsecretario general de la ONU, nos dijo que el resultado trascendió el error de cálculo, ya que en pocos días habría habido probablemente más votos positivos.
«La intención real de la autoridad administrativa palestina con ese paso fallido, y con quién coordinó discretamente, aún está por observarse políticamente», comenta. «Es una retirada táctica y estratégica a costa de los derechos inalienables de la población palestina, que cuenta con el apoyo universal, como se estipula en una sucesión de resoluciones... entre ellos sobre el Estado, el derecho de retorno o compensación, el retiro israelí de los territorios ocupados», añade.
Estos derechos fueron apoyados por una mayoría abrumadora cuando la causa palestina predominaba en las deliberaciones de la ONU, y cuando el liderazgo palestino estaba unido y todos los estados árabes la respaldaban, destaca Sanbar.
«Sería más útil si se movilizaran los esfuerzos para centrar más la atención en la aplicación de las resoluciones ya existentes y lograr alianzas más amplias para alcanzar medidas prácticas sobre la base de un conocimiento ilustrado del trabajo a través de la ONU, en vez de limitarse a recurrir a ella en las ocasiones cuando las demás opciones fallan».
De todas formas, muchos palestinos respiraron aliviados cuando la resolución no prosperó ya que esta le habría dado el sello oficial de la ONU a un retroceso de los derechos palestinos, según Hijab. La resolución aceptaba implícitamente los asentamientos israelíes en los territorios ocupados y limitaba los derechos de los refugiados, con referencia a una solución consensuada, lo cual entregaba en los hechos a Israel un veto sobre los derechos palestinos.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP)/Palestina se verá obligada a tomar algunas medidas significativas para mantener la escasa credibilidad que tiene con el pueblo palestino, afirma la activista.
«A pesar de las amenazas y los intentos de persuasión de Estados Unidos, la OLP/Palestina tiene margen de maniobra en el ámbito jurídico y diplomático, simplemente aún no ha sido eficaz en su uso». «Debe hacerlo con urgencia en 2015. Esta semana Israel mató al palestino número 2.335 mientras coloniza a Cisjordania y asedia a Gaza», subraya.
Hijab dice que el pueblo palestino necesita un respiro en esta cruel realidad, y necesita sus derechos. «Votamos en contra de esta resolución no porque estemos cómodos con el statu quo. Votamos en contra porque... la paz debe venir de compromisos difíciles que se producen en la mesa de negociaciones», declaró tras la votación la embajadora estadounidense Samantha Power ante el Consejo de Seguridad.
Pero Power advirtió a Israel, un cercano aliado de Estados Unidos, que «la actividad en los asentamientos» socavará las posibilidades de paz. «Nuestro esfuerzo fue... serio, un verdadero esfuerzo para abrir la puerta de la paz. Lamentablemente, el Consejo de Seguridad no está dispuesto a escuchar ese mensaje», declaró Riyad Mansour, embajador palestino ante la ONU.
El miércoles 31, Palestina dio el paso de unirse a la Corte Penal Internacional de La Haya, específicamente para acusar a Israel de crímenes de guerra, aunque el proisraelí Congreso legislativo de Estados Unidos advirtió de que esa medida le acarrearía severas sanciones económicas.
«Hay una agresión ejercida contra nuestra tierra y nuestro país, y el Consejo de Seguridad nos ha defraudado. ¿A dónde vamos a ir?», preguntó el presidente palestino Mahmud Abás el miércoles 31, según informó el diario The New York Times, mientras firmaba el estatuto de la corte, junto con 17 tratados y convenios internacionales más.