A parir de 2020 los edificios de la UE deberán cumplir estrictas reglas de ahorro de energía. Los gobiernos deberán aplicar las medidas necesarias y financiarlas, aunque también recibirán ayudas de la UE.
La aplicación de las normas comenzará por las administraciones públicas que desde 2018 sólo podrán comprar o alquilar edificios de "alto rendimiento energético", en los que la mayor parte de la energía provenga de fuentes renovables, entre ellas el autoabastecimiento del propio inmueble.
El comisario de energía Andris Pielbag ve un futuro en el que en los anuncios de alquiler o venta de las casas figure en sitio preminente la forma de energía con que cuenta y el ahorro.
Los gobiernos deberán fomentar la renovación de los edificios por parte de los particulares, con medidas como instalación de "contadores inteligentes", sustitución de sistemas antiguos de calefacción, calentadores de agua o aire acondicionado por otros más eficientes energéticamente.
Estas medidas forman parte del plan de la UE de lucha contra el cambio climático. Los edificios son los responsables del 40% del consumo total de energía de la Unión y del 36% de las emisiones a la atmósfera.