El periodista Martin Schibbye y el fotógrafo Joahn Persson fueron detenidos el pasado julio tras entrar en la provincia etíope de Ogadén junto a un grupo independentista etíope del Frente de Liberación Nacional de Ogadén. Según la agencia de prensa Kontinent, en la que trabajan, su propósito era investigar cómo las exploraciones petroleras de empresas, como la sueca Lundin, han conducido a un aumento de la violencia en la zona.
El tribunal los ha condenado por apoyar al grupo rebelde y por haber entrado ilegalmente en el país a once años de cárcel, siete menos de los que pedía el fiscal, atendiendo a que no tienen antecedentes y sí responsabilidades familiares.
La Unión Europea ha pedido su liberación «tan pronto como sea posible», mediante un comunicado de la Alta Representante, Catherine Ashton. Amnistía Internacional ha exigido su puesta en libertad incondicional y Reporteros sin Fronteras afirma que «en nombre de la lucha contra el terrorismo, el Gobierno etíope amordaza a la disidencia y las voces críticas, atentando contra los derechos humanos y las libertades fundamentales». Treinta periodistas han sido encarcelados en Etiopía este año con distintas acusaciones.
Los familiares de los dos periodistas se han quejado de la poca implicación del gobierno sueco para conseguir su liberación. Algunos medios suecos acusan al ministro de Exteriores, Carl Bildt, de no haber actuado con la suficiente contundencia en favor de los detenidos y cuentan que Bildt perteneció al consejo de vigilancia de la empresa Lundin Petroleum hasta 2006 y posteriormente intervino en tareas de búsqueda de petróleo en Etiopía.
El gobierno sueco dice haber entablado contactos «al más alto nivel diplomático» con las autoridades etíopes para interceder por los dos reporteros.