Dudas sobre la eficacia de la tasa sobre transacciones financieras

La tasa sobre transacciones financieras, propuesta por Sarkozy y Zapatero en la cumbre sobre los Objetivos del Milenio sólo será eficaz si se adopta en todo el mundo y ya se sabe que países como China o India la rechazan. Es la observación que hace la Comisión europea y que reconocen todos los expertos.

Bruselas considera distintas posibilidades para financiar los Objetivos del Milenio, pero recuerda que la fiscalidad se está revisando en toda Europa. Entre los 27 hay disparidad de criterios sobre esa tasa a las transacciones financieras. La ministra española, Elena Salgado, se opuso a implantarla en el último consejo de ministros de Economía.

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«Siempre hemos dicho que una tasa sobre las transacciones financieras debería ser internacional», ha dicho este martes la portavoz del Ejecutivo comunitario, Pia Ahrenkilde, poniendo así dudas a la eficacia de la propuesta lanzada ayer por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, como fórmula para financiar los Objetivos del Milenio, cuyos avances se discuten estos días en Naciones Unidas.

La Comisión europea cree que hay que buscar maneras de financiar los objetivos de la UE en política de desarrollo y baraja distintas posibilidades. Además de esa tasa sobre las transacciones financieras, plantea recaudar mediante políticas de lucha contra el cambio climático o la mera estabilización presupuestaria.

En octubre, el comisario de Fiscalidad, Algirdas Semeta, presentará las propuestas de Bruselas y no parece contar con la propuesta de Sarkozy y Zapatero, porque los 27 ya mostraron sus discrepancias sobre la implantación en Europa de esa tasa, sin ser seguro que se hará a nivel mundial. La leve recuperación global parece ponerse en peligro si se toca el sistema financiero y la medida tiene el rechazo tajante de las potencias emergentes, China e India.

A principios de septiembre, la UE ya discutió sobre un nuevo impuesto, similar a la Tasa Tobin, y no hubo acuerdo. En esa ocasión, hasta la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, se opuso, por considerar que podría provocar deslocalizaciones de empresas y que, al final, el impuesto repercutiría sobre los consumidores. euroXpress