El empeoramiento de la situación en la eurozona había hecho pensar a algunos que habría cambios, incluso algunos miembros del consejo del Banco Central Europeo (BCE) también estaban decididos, pero tras una larga discusión optaron por dejar el precio del dinero como estaba al 0,75 %, su tasa histórica más baja.
También se ha mantenido el interés, el 1,15 %, al que el banco central presta dinero a los bancos durante un día. Y la facilidad de depósito al 0 %.
En la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno el presidente del BCE, Mario Draghi, insistió en que los países deben continuar aplicando las reformas estructurales y proceder a la reestructuración del sector financiero.
Prevé un crecimiento de las exportaciones en la zona euro debido a un aumento de la demanda exterior que junto a «nuestra postura de política monetaria» debe contribuir a apoyar la demanda interna. En conjunto se podría iniciar una recuperación gradual en la segunda parte del año. Aunque no descarta riesgos a la baja si la demanda interna no se recupera debido a los ajustes.
El rescate de Chipre no fue idea del BCE
En cuanto al rescate de Chipre, ha admitido que plantear un plan en el que fueran los pequeños ahorradores los que salieran en auxilio de los bancos no fue muy «inteligente». Al menos se corrigió rápidamente, dijo.
Draghi, ha hecho hincapié en que el rescate de Chipre no va a servir «de modelo» para ningún otro y ha dejado claro que fueron unas declaraciones del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, las que hicieron pensar en que se podría utilizar como plantilla para otros países con problemas financieros.
Hasta ahora la situación de los países que han recurrido al rescate, ha dicho, ha sido muy diferente como se pudo ver en los casos «de Irlanda o España». Aunque hay cierto paralelismo en los sistemas bancarios con problemas y la falta de normas y mecanismos para hacerles frente. Eso lo podría paliar el supervisor bancario de la zona euro que se discute en estos momentos en el Parlamento Europeo.
También ha explicado que el plan para Chipre de su entidad no tenía nada que ver con el que se ha adoptado. Finalmente se impuso la línea dura auspiciada por Alemania y sus seguidores: Finlandia, Austria y Países Bajos.
Ha insistido que en estos casos de rescate lo más importante es actuar con celeridad. «Es muy urgente contar con un marco europeo para la resolución, reestructuración y recapitalización de los sistemas bancarios».
Draghi se ha mostrado firme con una posible salida de Chipre de la moneda única. El euro es un proyecto de la Unión Europea y «no hay plan B».