El ministerio de Asuntos Exteriores español ha confirmado que en la tragedia de la Love Parade han muerto dos erasmus españolas que iban a regresar esta semana a sus casas en Cataluña. Entre los 19 fallecidos hay otros cuatro extranjeros, un holandés, un australiano, un italiano y un chino. También hay españoles entre los 342 heridos. Cuatro estudiantes, tres de los cuales han sido dados de alta, del cuarto no se conoce su estado por ahora.
Uno de los organizadores del acto, Wolfgang Rabe, ha dicho que ninguna de las muertes se produjo en el interior del túnel que daba acceso al recinto en el que se iba a celebrar el concierto. Al parecer perdieron la vida en unas rampas y en una escalera.
Las informaciones son muy confusas y unos desmienten a otros. La policía niega que sólo hubiera 1.200 agentes a cargo de la seguridad, el jefe de policía afirma que eran 4.000 más otros mil de seguridad privada en el interior del recinto. Tampoco se confirma la cifra que se ha barajado de 1,4 millones de personas en la fiesta, lo que es seguro es que entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde llegaron a Duisburg unas 105.000 personas en tren.
El responsable del dispositivo de seguridad subraya que el aforo era de unas 300.000 personas y que en el momento de la tragedia el recinto no estaba completo. La prensa alemana es muy crítica con la organización y con la policía. Por una parte cuestiona que se habilitara un espacio de tan sólo 230.000 metros cuadrados, cuando en los últimos años han asistido a la fiesta más de un millón de personas. Por otra, que el único acceso al descampado en el que se celebraba la macrofiesta fuera un túnel de 10 metros de ancho construido en los años 60 que daba acceso a la antigua estación de mercancías.