Toda la pasión, la curiosidad y la imaginación de la juventud la han puesto estos 132 muchachos en los más variados proyectos. Desde un test para medir la calidad de la leche, que obtuvo uno de los primeros premios, al avión que puede volar marcha atrás, a la investigación sobre los pigmentos utilizados en el arte románico catalán, de la española Sara Vima o unos pequeñísimos animales de un milímetro de longitud, los osos de agua de Galicia que han sido investigados por primera vez por un chico de 19 años de Santiago de Compostela, Alejandro Rivero y así hasta 87 trabajos se han presentado al Certamen Europeo de Jóvenes Científicos (EUCYS).
«La ciencia y la investigación necesitan sangre nueva y nuevas ideas. Europa debe animar a los mejores talentos jóvenes a elegir una carrera de ciencias y es nuestro deber hacer que esa carrera sea atractiva para los futuros investigadores» ha dicho el comisario de Ciencia e Investigación Janez Potocnik, ha añadido «la calidad de los proyectos que han competido es un signo positivo que prueba que Europa es un verdadero yacimiento de talentos. Eso debería incitarnos a realizar pronto el Espacio europeo de la investigación en el que podrían circular libremente». Además de darse a conocer este certamen les da a los jóvenes científicos la posibilidad de intercambiar opiniones entre ellos y con prestigiosos científicos de toda Europa que han acudido a París, ciudad en la que se ha celebrado el evento este año.
Los concursantes tienen edades de 14 a 20 años y representan a 38 países de toda Europa y además de Canada, China, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Estados Unidos. Los proyectos abarcan las más diversas disciplinas desde la ingeniería a la biología, pasando por las matemáticas, química, física, medicina, informática o ciencias sociales. El año próximo el país organizador será Portugal.