El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, confirmaba la peor de las noticias a última hora de la tarde. «Dos personas de nacionalidad española han muerto», anunciaba el ministro, tras describir la situación de «enorme confusión». Los fallecidos, un matrimonio de jubilados, vivían en el barrio Camp de L'Arpa de Barcelona y tenían dos hijos y varios nietos.
El miércoles era un día de gran afluencia en la capital de Túnez debido a la llegada de varios cruceros. El caos se desataba a media mañana, cuando varias personas uniformadas intentaban acceder a las instalaciones del Parlamento mientras se debatía la reforma de la ley antiterrorista. Los servicios de seguridad de la Cámara dieron el alto a estas personas al percatarse de que portaban armas no reglamentarias; y fue entonces cuando se desató un intenso tiroteo.
El enfrentamiento se trasladó poco después a las inmediaciones del Museo del Bardo, situado en el complejo del Parlamento. Allí los terroristas dispararon primero a un autobús de turistas para poco después atrincherarse en el edificio. «Gran pánico en el Bardo. Un hombre armado en la Asamblea», tuiteaba Sayida Ounissi, una de las diputadas presente en la sesión parlamentaria.
Tras varias horas de tensión, las fuerzas especiales conseguían liberar a los turistas retenidos, no sin antes abatir a dos de los terroristas. Al menos 22 personas han muerto en el ataque, 18 de ellos turistas de nacionalidad española, italiana, francesa, japonesa, polaca, australiana y colombiana. Además hay otras dos personas de nacionalidad tunecina entre los fallecidos. Se trata de un conductor de autobús y de uno de los policías que participó en el asalto. Hay también medio centenar de personas heridas, algunas de ellas de gravedad, por lo que no se descarta que el número de víctimas aumente en las próximas horas.
Sanos y salvos
Las alarmas volvían a saltar en el ministerio a última hora de la tarde, al comprobar que otros dos españoles, de los 90 que se encontraban el miércoles en la capital de Túnez, no habían regresado a su barco. Los diplomáticos redoblaban entonces los esfuerzos para comprobar si los nombres de la pareja, oriunda de la localidad valenciana de Sueca, figuraban en la lista de heridos o fallecidos.
Finalmente a media mañana del jueves la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, confirmaba que habían sido encontrados sanos y salvos. La mujer, embarazada de cuatro meses, y su pareja habían permanecido toda la noche ocultos en las inmediaciones del museo, en el mismo lugar donde se habían refugiado durante el intercambio de disparos.
Según ha confirmado Amira Chamkia, responsable de la naviera, uno de los trabajadores de la compañía se ha desplazado a la zona «para acompañarlos hasta un hotel de la capital». Entre tanto el Ministerio de Exteriores trabaja para acelerar la repatriación de los cuerpos de los dos españoles fallecidos durante el asalto.
Condena unánime
Los mensajes de condolencia y repulsa al atentado no se han hecho esperar. Uno de los primeros llegaba desde París, donde el presidente de Francia, François Hollade, lamentaba «las vidas borradas por la maquinaria terrorista». «Cuando se comete un crimen terrorista, sea donde sea, nos concierne a todos porque se trata de vidas humanas, horriblemente borradas por la maquinaria terrorista», añadía.
Desde Italia, Matteo Renzi también se unía a la condena. «Mi primer pensamiento va para las víctimas, para las familias de las víctimas y para las personas que han resultado heridas en este suceso en el que, por desgracia, se han visto involucrados algunos italianos», lamentaba. Nada más conocer la noticia el presidente de España, Mariano Rajoy, llamaba a su homólogo tunecino, Beji Caid Essebi, y el Rey, Felipe VI remitía un telegrama condenando «con firmeza» el «execrable y cobarde ataque».
La Unión Europea también ha mostrado su apoyo al gobierno de Túnez. Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea, trasladaba sus condolencias a las familias de las víctimas y Martín Schulz aseguraba en Twitter sentirse «horrorizado por la matanza». «El terrorismo no vencerá jamás», añadía el Presidente del Parlamento Europeo. Poco después el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk recordaba en un comunicado que la Unión Europea «no se dejará intimidar por el terrorismo, en casa o fuera». «Estamos preparados para apoyar al Gobierno tunecino en sus acciones contra el extremismo violento y alabamos su pronta actuación para liberar a los rehenes», añadía.
El atentado ha golpeado duramente el turismo, uno de los pilares económicos de Túnez, que es además el único país de la región que ha conseguido culminar con éxito la transición democrática tras la primavera árabe. Las autoridades buscan ahora a varios cómplices que podrían haber escapado. Aunque por el momento nadie ha reivindicado la autoría, los expertos apuntan a que detrás del ataque terrorista podría estar una organización salafista.