¿Dónde está Europa?

«Ni más Europa ni menos Europa, sino una Europa mejor», este ha sido el tema de fondo de la conferencia a la que asistieron los embajadores de Suecia, Irlanda, el Reino Unido y los Países Bajos. En sus intervenciones, los diplomáticos han expuesto la posición de su país en la escena europea después de la crisis, el debate no ha sido tanto una cuestión de más competencias como una mejoría del conjunto del trabajo de las instituciones con una especial atención en la legitimidad democrática.

Embajadores en España
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«Ni más Europa ni menos Europa, sino una Europa mejor», este ha sido el tema de fondo de la conferencia en la que han participado los embajadores de Suecia, Irlanda, Reino Unido y los Países Bajos. El debate, celebrado en Madrid, se ha centrado en la legitimidad democrática de las instituciones.

Alejandro Abellán, director general de Coordinación de Políticas Comunes y Asuntos Generales de la UE, ha destacado los resultados alcanzados en los últimos años, principalmente la adopción de un sistema de supervisión bancaria, el fondo único para la resolución de bancos y, en general, la mayor integración de los mercados financieros. El lado más positivo, según Abellán, es que a partir de ahora las estrategias y las reformas económicas en los Estados miembros deben presentarse en Bruselas antes de que sean aprobados por los parlamentos nacionales.

Está claro, sin embargo, que la falta de integración política ha impedido que la UE hiciera frente a la crisis de una manera más completa. La falta de esta unión política y de una cooperación más profunda económica y fiscal ha puesto de relieve los límites que debe afrontar la Unión Europea.

El embajador irlandés, Justin Harman, ha trazado una visión general de su país desde el momento de la adhesión. La Unión Europea ha cambiado realmente los horizontes políticos y culturales de los países miembros, y es una fuente de desarrollo en diferentes áreas. El diplomático irlandés ha explicado que en su país existe un fuerte debate acerca de las responsabilidades que tienen la Unión y los Parlamentos nacionales, y la necesidad de implementar mecanismos de gobernanza de la zona euro. También se ha referido a la estrecha relación e interdependencia entre el Reino Unido e Irlanda en cuestiones fundamentales para el futuro de Europa como la recuperación, el crecimiento y la competitividad.

Suecia quiere una Europa "fuerte, unida y abierta", ha dicho su embajadora, Cecilia Julin, para quien es preferible una buena normativa que la adquisición de mayores competencias. Refiriéndose a su país, ha recordado el referendo para la adhesión a la Unión Europea en 1994 (con un 52% de votos a favor) y otro en 2003 en el que la mayoría de los ciudadanos votaron contra la entrada en el euro (56 % de votos en contra), una opinión que ha aumentado.

Para Suecia es necesaria una mayor cooperación en temas como la migración o el medio ambiente. Otra cuestión clave, según la diplomática nórdica, es el trabajo del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), que debe jugar un papel cada vez más importante. Aunque Suecia no está en el euro, para ese país es importante la cooperación económica, ya que hasta un 70% de las exportaciones suecas tienen como destino los países de la Unión.

Para el embajador holandés es necesario establecer un diálogo constructivo con los partidos euroescépticos. Eso ayudará, en su opinión, a mejorar la transparencia y la legitimidad democrática de la Unión. También se ha referido a las expectativas de futuro de las nuevas generaciones en Europa, y ha hecho hincapié en la necesidad de implementar políticas para los jóvenes.

Una mejor trasposición de la normativa de la UE y la absoluta independencia de la Comisión son también elementos esenciales para Cornelis van Rij. Y aún más indispensable una mayor coordinación entre el Parlamento, el Consejo y la Comisión. Según el diplomático de los Países Bajos, deben destinar muchos más recursos a la innovación y la investigación, y cerrar la gran brecha que se ha abierto en los últimos años con China y la India, una medida necesaria para atraer más inversión, algo que estará en parte garantizado en el Tratado de Asociación Transatlántica (TTIP) con los Estados Unidos.

El discurso más crítico, como era de esperar, lo hizo el embajador del Reino Unido, Simon Manley, quien ha señalado la necesidad de que Europa "haga las cosas de otra manera", teniendo más en cuenta a los parlamentos nacionales. El embajador considera «insuficientes» las medidas de estabilización que se han adoptado en la eurozona. Un problema fundamental es, sin duda el desempleo, que está en el 10,7% en la UE, aunque en la eurozona llega al 12%, y la necesidad de crear nuevos negocios, «¿Dónde están los Samsung y el Whatsapp Europeos?», ha preguntado Manley.

Otro de los temas que ha centrado el debate es de la Acción Exterior de la Unión, con un comentario positivo del embajador holandés, que ha destacado que, en algunos casos, como el de Irán, la UE ha sido capaz de hacer escuchar su voz unida y creíble, actuando siempre de acuerdo con las relaciones exteriores de los Estados miembros.

La idea fundamental que emerge de las declaraciones de los embajadores es la de «utilizar las instituciones y sus competencias de la mejor manera posible, haciendo hincapié en una mayor transparencia, la apertura, responsabilidad política y legitimación democrática de la Unión». En resumen, nadie ha expresado el deseo de tener «más Europa», aunque han hecho referencia a respetar el principio fundamental de la subsidiariedad, que deja entrever que no parece haber un deseo compartido de dar nuevos poderes importantes a la Unión en un futuro próximo.