La UE incorpora a su legislación las reglas internacionales conocidas como Basilea III, por las que se exigirá al sector tener un coeficiente mínimo de capital ordinario del 4,5% de los activos ponderados por riesgo, un capital de máxima calidad del 6% y un capital total del 8%. Además se introducen dos colchones de capital, uno del 2,5% para todos los bancos de la UE y otro que se fijará a nivel nacional y que puede oscilar entre el 0 y el 2,5%.
La discrepancia entre los 27 viene por el margen de los gobiernos para incrementar estos porcentajes. El Reino Unido encabeza un grupo de países que pide poder exigir a sus bancos niveles de capital superiores, sin contar con Bruselas, mientras Francia lidera otro grupo, partidario de armonizar las decisiones, como pide la Comisión Europea, para evitar que haya reubicación de capitales hacia países con menos exigencias.
La solución de compromiso que ha propuesto la presidencia danesa es dar libertad a los Estados para pedir a sus bancos un recargo adicional de capital del 5% pero deja potestad a la Autoridad Bancaria Europea para mediar en caso de conflicto, si un país se siente perjudicado por el aumento de capital decretado por otro Estado miembro.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, asegura que los bancos españoles ya cumplen los requisitos de capital previstos en las nuevas normas comunitarias.