Estancadas las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina, la intención del presidente Abbas de pedir a Naciones Unidas su ingreso como miembro de pleno derecho, pone a la UE contra las cuerdas. Por eso esta reunión en Sopot se había marcado como objetivo definir una posición europea al respecto.
Pero la división es un hecho. El ministro austríaco de Exteriores, Michael Spindelegger, ha reconocido que «las posiciones son muy divergentes». El alemán Guido Westerwelle ya había advertido que «los alemanes queremos que todo el mundo sepa que nuestro punto de vista parte de la especial relación histórica entre Israel y Alemania». El luxemburgués, Jean Asselborn, por el contrario, asegura que «de ninguna manera puedo estar de acuerdo en confrontar a los palestinos con un no»; y la ministra española Trinidad Jimenez, quien dijo hace unas semanas que «hay un grado de madurez suficiente para reconocer el Estado palestino», este sábado seconformaba con valorar «la voluntad de todos por lograr una posición común».
La Alta Representante de la Política Exterior europea, Catherine Ashton, ha recurrido a laretórica cuando ha tenido que dar cuenta de los resultados de la reunión: a. Palestinos e israelíes gozan del completo apoyo de la UE, así que mejor esperar a conocer el contenido de la resolución de la ONU y evitar así escenificar la división europea.
Los palestinos esperan contar con el apoyo de 150 de los 193 Estados de la ONU, pero saben que cuentan con el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad. Por eso, se hace imprescindible al apoyo de la UE a su petición. El presidente palestino, Mahmud Abbas, ya ha dicho que no se conformaría con una revalorización del actual estatus de observador en Naciones Unidas.