Según ha informado el portavoz del gobierno griego, un grupo de atacantes efectuó nueve disparos con fusiles kalashnikov contra la segunda planta del edificio de Atenas, donde tiene el despacho el primer ministro y que se encontraba vacío en el momento del ataque. Uno de los proyectiles atravesó la ventana y dejó una marca en la pared.
No hay pistas sobre los posibles autores. La policía investiga un coche que había sido robado y se ha encontrado calcinado horas después del tiroteo en el barrio de Faliro por si puede establecer vínculos.
El episodio sube de grado la ola de violencia que está viviendo Grecia en los últimos días, que suma ya 17 ataques contra sedes de Nueva Democracia, el PASOK y SYRIZA. Además, un artefacto incendiario estalló en la casa del hermano del portavoz del gobierno y en las de cinco periodistas.
La prensa griega relaciona estas agresiones con el descontento de la población por los continuos recortes a los que obliga el plan de ajuste exigido por la UE y el FMI por el rescate financiero.
La ola de violencia está provocando también una disputa política entre los partidos de la coalición de gobierno y los izquierdistas de SYRIZA, a los que se acusa de tener una postura equívoca sobre el uso de la violencia. Desde el partido de la oposición se rechaza la acusación. Su líder, Alexis Tsipras ha pedido a Samaras una investigación exhaustiva sobre el ataque contra la sede del partido gobernante.