El festival, entre kitch y extravagante, volvió a la tierra del emblemático grupo Abba, sin duda uno de los nombres más ligados a la historia de Eurovisión. Malmö celebró la 58 edición del certamen que todos los años concentra a millones de telespectadores en todo el mundo. Más de 125 millones, más incluso que en la superbowl estadounidense.
Guste o no, lo cierto es que el festival «eurovisivo» se ha convertido en un acontecimiento divertido y «rompedor». Entre las extravagancias de este año, han destacado la presencia del gigante ucraniano, Igor Vovkovynskiy, de 2,34 metros o el «vampiro» rumano Cezar. Entre las temáticas que se escucharon en el Malmö Arena canciones inspiradas en la crisis griegas, el himno finlandés al matrimonio homosexual, o el transfondo ecologista de los armenios Dorians. Y por encima de todo la presencia de la recordada Bonnie Tyler, que a sus 61 años participó emocionada y divertida en el certamen, aunque tampoco quedó en los puestos de cabeza.
Dinamarca, la triunfadora, era la favorita entre los corredores de apuestas, Azerbaiyán quedó en segunda posición con «Hold Me», seguido de Ucrania con «Gravity».
El festival de Eurovisión tiene también muchas cifras para recordar. A lo largo de 58 años se han interpretado más de un millar de canciones. Precisamente la del irlandés Brian Kennedy (2006) fue la número 1.000. La cien fue «T'en vas pas» de la suiza Esther Ofarim y Luxemburgo tuvo el honor de interpretar la 500 con «L'amour de ma vie» (1986). Sin olvidar que sirvió para lanzar al estrellato a cantantes y grupos como Abba, Julio Iglesias o Celine Dion.
Irlanda ha ganado siete veces, Luxemburgo, Francia y Reino Unido, cinco, Suecia y Holanda, cuatro. Noruega, que ha ganado en tres ocasiones, ha quedado última diez veces. El cantante Johnny Logan ha sido el vencedor en dos ocasiones. La canción más conocida es Waterloo y la más versionada «Volare» del italiano Domenico Modugno.
Vídeo del blog del Parlamento Europeo sobre las mejores canciones de Eurovisión