No hay mucho margen de maniobra para el gobierno danés. La presidencia polaca, que ahora termina, ha pasado de puntillas sobre los asuntos europeos colapsada por una crisis financiera que entró después del verano en una espiral incontrolable y ahí continúa.
De forma que el programa de la presidencia danesa no podía ser de otra forma y sus prioridades se basan en la economía fundamentalmente. «La Presidencia danesa se esforzará por garantizar una economía europea responsable. Tenemos que sacar a Europa de la crisis, prevenir nuevas crisis y centrarnos en el fortalecimiento del crecimiento y la creación de empleo».
Pocas herramientas se aportan para lograr ese objetivo. Copenhague confía en que la puesta en práctica de los acuerdos adoptados por el Consejo Europeo en diciembre y el Six Pack para fortalecer la gobernanza económica en la UE den resultados, después de reconocer que «en Europa no hemos sido lo suficientemente buenos para cumplir y hacer cumplir las reglas comunes y los acuerdos de reformas». Por eso, la presidencia danesa se propone mejorar la disciplina fiscal en ese marco idóneo de responsabilidad.
El segundo objetivo es generar crecimiento y empleo en Europa. Nada se dice sobre cómo se consigue eso en tiempos de austeridad y ajustes presupuestarios, pero el gobierno danés cree que el mercado único europeo permite desarrollar un importante potencial con la agenda digital. Se habla de comercio online, de reducir precios de itinerancia, de más esfuerzos en innovación e investigación y de abrir nuevas oportunidades comerciales a las empresas europeas en terceros mercados.
El crecimiento verde y sostenible es una de las grandes prioridades de la presidencia danesa. «El objetivo es generar un crecimiento sin aumento de los recursos energéticos y del consumo. Y se puede hacer», dice el programa del gobierno de Copenhague. En este campo tiene por delante varios asuntos que deberán concretarse en los próximos meses y, a pesar de su seguridad, no son nada fáciles. Desde el Programa de Acción Ambiental, a la Conferencia Rio+20 de la ONU, el diseño de la política energética hasta 2050 o las reformas de la Política Agraria Común o la Política Pesquera.
Dinamarca quiere además una Europa más segura para los ciudadanos y resolver los problemas transfronterizos. El país que se saltó parcialmente el acuerdo de Schengen con la queja de Bruselas, dice que «trabajará para garantizar una lucha más eficaz contra la delincuencia internacional y el terrorismo, así como el buen funcionamiento del sistema europeo común de asilo y reforzar la cooperación Schengen, lo que se consigue un control más seguro en las fronteras exteriores de la UE».