El jefe de Estado húngaro se ha resistido todo lo que ha podido a dimitir. «Dado que según la constitución, la personas del presidente debe representar la unidad de la nación húngara, y que mi persona, desgraciadamente, ha pasado a ser sinónimo de división, siento que mi deber es alejarme de mi cargo», ha dicho finalmente ante los diputados.
La facultad de Semmelweis es la escuela de medicina más antigua de Hungría. Lleva el nombre de Ignác Semmelweis, el obstreta que en el siglo XIX descubrió la causa de las fiebres puerperales. En ella se estudia odontología, farmacia, ciencias de la salud, gestión de la salud, educación física y ciencias del deporte.
Precisamente fue el deporte el tema que Pal Schmitt eligió para su tesis doctoral hace veinte años. El pasado 29 de marzo, el Senado de la Universidad, le retiró el título de doctor, calificando de plagio su tesis sobre los juegos olímpicos y afirmando que el trabajo no respondía «a los métodos científicos ni éticos».
La posibilidad de que fuera una copia la reveló por primera vez el semanario húngaro HVG. A primeros de enero. La tesis del presidente húngaro parecía la traducción del trabajo del experto búlgaro, Nicolai Georgiev. La revista decía que el hecho de que el informe del búlgaro estuviera en 180 de las 215 páginas de la tesis, llevaba a sospechar la posibilidad de plagio.
El primer ministro húngaro Viktor Orban impulsó a Schmitt a la presidencia del país en 2010, en contra de la opinión de su partido el Fidesz. El presidente firmó sin rechistar las leyes impulsadas por Orban, entre ellas la controvertida normativa sobre medios de comunicación.
No es la primera vez que esto le ocurre a un político. Hace poco más de un año, el entonces ministro de defensa alemán Karl-Theodor zu Guttenberg tuvo que renunciar también a su cargo al descubrirse que su tesis doctoral no era del todo suya.
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