El pasado fin de semana Rutte ya apuntó que la única solución posible serían unas elecciones anticipadas, una posibilidad de Wilders celebra. Sin embargo, hoy no se confirmado fecha alguna y se ha dicho que la reina ha pedido al gabinete que siga trabajando por el bien del país.
La coalición de gobierno, formada por conservadores y liberales, negociaba con su socio de extrema derecha un recorte de unos 16.000 millones de euros para reducir el déficit por debajo del 3% del PIB, como estipula el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, en 2013. Sin ese ajuste, el gobierno holandés prevé que el déficit se dispare hasta el 4,6%.
La situación ahora se presenta difícil porque Holanda tiene que presentar antes del 30 de abril a Bruselas, el proyecto de presupuestos para 2013 y las medidas de saneamiento que acompañan. El primer ministro Rutte se queda en minoría, sin el apoyo de la ultraderecha, y está obligado a encontrar pactos con la oposición para sacar adelante las cuentas públicas.
La prensa holandesa ha informado de que ya existía un acuerdo entre los partidos que sostenían al actual gobierno para aumentar la edad de jubilación hasta los 66 años, suprimir reducciones fiscales sobre hipotecas, subir el IVA y aumentar el copago en Sanidad. Al parecer, Wilders se retiró a última hora de las negociaciones con el argumento de que no está dispuesto a seguir «los dictados de Bruselas».
La Comisión Europea ha señalado este lunes que confía en que la crisis de gobierno en Holanda no rompa los planes de austeridad para conseguir reducir el déficit en los plazos acordados. La incertidumbre política que se abre en el país ha sido una de las causas que han provocado otra jornada negra en las bolsas europeas.
A causa de las medidas de austeridad promovidas por Bruselas, de una u otra forma, ya han caído los gobiernos de Grecia, Italia, Irlanda, Portugal y España.