En sus 54 artículos la Carta de los derechos Fundamentales de la UE defiende la dignidad de los ciudadanos, la libertad, la igualdad o la justicia. Y añade nuevos derechos que todavía debe desarrollar como son la defensa de los trabajadores, de los ancianos o de los discapacitados.
En el apartado de la dignidad humana defiende el derecho a la vida y proscribe la tortura, la esclavitud, el tráfico de seres humanos y la pena de muerte. Además un ciudadano de la UE no puede ser extraditado a un país que la defienda. Pero, ¿hasta dónde está dispuesta la UE a llegar en este apartado?. Un problema actual al que tendrá que enfrentarse está relacionado con la detención del creador de Wikileaks, Julian Assange. Un ciudadano australiano acusado de violación sexual en Suecia y detenido en el Reino Unido al que Estados Unidos, país donde se aplica localmente la pena capital, ha pedido su extradición por la publicación de documentos secretos.
Esa posible extradición entraría también en contradición con el segundo apartado de la Carta que hace referencia a la libertad de pensamiento, conciencia, religión, reunión o asociación y a la libertad de información y expresión.
En el tercer capítulo se recogen los derechos de Igualdad. Se prohibe cualquier tipo de discriminación, se subraya la protección de niños, ancianos y discapacitados y se defiende el derecho a la diversidad cultural, religiosa y lingüística. Otro tema polémico en los últimos meses en varios países europeos, la prohibición del uso del burka en la calle por parte de algunas mujeres musulmanas, ha abierto el debate sobre si se está vulnerando o no alguno de sus derechos.
También la crisis económica ha puesto en tela de juicio el respeto a otro grupo de derechos, los denominados de Solidaridad. Son los relativos a los derechos económicos y sociales y en su momento fueron los que levantaron más polémica. Bajo este epígrafe se recogen los llamados derechos laborales y sindicales, según los cuales los trabajadores deberán tener la información necesaria y anticipada sobre los asuntos que les afecten en su empresa. Se recoge el derecho a la protección en caso de despido injustificado y se facilita la conciliación familiar y los permisos de maternidad y paternidad. Pero recientemente el Parlamento Europeo ha rechazado ampliar esos permisos.
Acuciada por la crisis económica, la UE -tanto los gobiernos como la propia Comisión- han bajado la vigilancia ante el incumplimiento por parte de un gran número de empresas de algunos de esos derechos, cerrando sus instalaciones sin previo aviso a los trabajadores. Incluso se comienza a recortar las pensiones y a aumentar la edad de jubilación.
Uno de los derechos más novedosos es el de la buena administración -recogido en el quinto capítulo- que obliga a las administraciones a escuchar a los ciudadanos antes de tomar una medida que pueda ir en su contra o les afecte desfavorablemente.
El derecho a la intimidad también está cada vez más en cuestión. Las cámaras de videovigilancia se multiplican en las calles, en los aeropuertos empiezan a instalarse escáneres corporales y los ciudadanos se sienten cada vez más preocupados por la protección de sus datos y el uso abusivo que se puede hacer de ellos.
10 años después de que entrara en vigor la Carta Fundamental, los derechos humanos en la UE siguen gozando de buena salud aunque hay muchos acontecimientos que obligan a mantenerse en guardia.