Día Mundial Humanitario

Por primera vez se celebra el Día Mundial Humanitario instituido para conmemorar los acontecimientos que sucedieron el 19 de agosto de 2003. Una bomba destruyó la oficina de la ONU en Iraq. Murieron 22 personas, entre ellas el Alto Comisario de la ONU para los derechos humanos, el brasileño Sergio Vieira de Mello.

La Comisión Europea, a través de su Oficina Europea de Ayuda Humanitaria –ECHO-, tiene personal en lugares de crisis prestando ayuda a la población civil. Con motivo de este día, la UE muestra su preocupación por los crecientes riesgos a los que se tienen que enfrentar los trabajadores de ayuda humanitaria.

ONU

«Cuando llegamos a Guldo sucedió un incidente que refleja la brutalidad de este conflicto: un grupo había violado a una niña de 9 años. La violaron ayer, a menos de 500 metros de su pueblo, cuando estaba recogiendo mangos, y hoy todavía sangraba. El médico de la OMS que viaja con nuestro equipo le dio antibióticos para curar las heridas internas, pero desgraciadamente no existe remedio para el dolor de la mente.»

Esto lo escribió en su diario Peter Holdsworth, experto de ECHO sobre el terreno, durante su visita a Darfur para evaluar las necesidades humanitarias y preparar la ayuda de 10 millones de euros a la zona.

Es duro enfrentarse a estos dramas, sobreponerse a la impotencia que generan estos hechos... y muchas veces jugarse la vida.

Los países más problemáticos este año son Paquistán, Sri Lanka, Etiopía, Eritrea, Kenia, Yibuti, Somalia, Uganda, Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo, Iraq y Palestina.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios -OCHA-, los incidentes contra trabajadores humanitarios se han triplicado en los últimos nueve años y esa tendencia ha aumentado en un 61% en los últimos tres años.

«Los retos que miles de personas afrontan en todo el mundo son enormes y la necesidad de tener ayuda humanitaria efectiva y con principios es mayor que nunca» dicen desde la ONU.

Karel De Gucht, Comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, cree que «los principios y valores de la ayuda humanitaria (humanismo, independencia, neutralidad e imparcialidad) deben proteger a los trabajadores que realizan labores de socorro y permitirles operar libremente para combatir el sufrimiento en todo el mundo».

La Comisión Europea es una de las mayores fuentes de ayuda humanitaria del mundo. En 2008, aportó 937 millones de euros para programas humanitarios en más de 70 países. ECHO tiene oficinas regionales en seis capitales del mundo: Senegal, Nairobi, Jordania, India, Bangkok y Managua, emplea a unos 200 funcionarios locales y 100 técnicos extranjeros.

La necesidad de ayuda en todo el mundo es cada vez mayor y no sólo por conflictos humanos. Los desastres naturales han aumentado «superlativamente» en la última década, con un promedio de 211 millones de personas que necesitan ayuda diaria, cinco veces más que los afectados por conflictos armados. La humanidad debe hacer frente a nuevos retos globales: cambio climático, pobreza crónica, hambruna, crisis económica, falta de agua, escasez de energía, pandemias, crecimiento de la población. Una pescadilla que se muerde la cola y que se va realimentando día a día.