Hace tiempo que se estudiaba, pero el Observatorio espacial Herschel ha permitido ver y conocer mucho mejor a esta vieja estrella. Esta gigante roja rica en carbono llamada CW Leonis, está en la constelación de Leo, a 500 años luz de la Tierra y tiene un radio de 500 soles. Emite en la actualidad 10.000 veces más energía que el Sol y en su interior se producen reacciones de fusión nuclear que convierten helio en carbono. Gran parte de ese carbono termina en las capas exteriores de la atmósfera convertido en viento estelar.
Hasta ahora se sabía que las atmósferas de estrellas como CW Leonis contenían moléculas de agua o de carbono, pero se pensaba que no podían coexistir. «Gracias a las mediciones del satélite Herschel hemos echado por tierra esa teoría tan asentada hasta ahora» dice el investigador del CSIC José Cernicharo. La estrella es muy rica en carbono, algo que era conocido, pero también tiene abundante vapor de agua en zonas internas de su atmósfera. La temperatura de ese vapor de agua es de entre 700 y 1000 grados centígrados lo que indica que se forma en las capas internas de la atmósfera en un proceso químico provocado por la luz ultravioleta.
Los científicos españoles, Marcelino Agúndez y José Cernicharo, iniciaron hace 20 años un estudio sobre CW Leonis que indica la presencia de grandes cantidades de vapor de agua en cualquier tipo de estrella gigante roja. El carbono y el agua son dos de los principios básicos de la vida, quizá la Tierra en su formación sufrió un proceso parecido al de CW Leonis.
El telescopio Herschel fue lanzado al espacio por la Agencia Espacial Europea en 2009 con la misión de estudiar cómo se forman las estrellas y las galaxias y como evolucionan en el tiempo cósmico.