Los 27 ministros europeos de Medio Ambiente se han sentado a analizar las consecuencias de la Cumbre del Clima y, por lo que se sabe, la frase más repetida ha sido ¿ahora qué?. La decepción por lo conseguido en Copenhague es evidente y pública y el único consuelo es el que repite el comisario europeo del ramo, Stavros Dimas: «no es el fin, es sólo el principio. Un resultado es mejor que ningún resultado».
Los principales interrogantes son ahora qué ofrecerá la UE cuando a finales de enero haya que fijar los objetivos de reducción de emisiones, si Estados Unidos y los países emergentes no dan garantías ni compromisos. En principio, la Unión mantiene su oferta de reducir el 20% las emisiones de CO2 en 2020 y llegar al 30% si los demás se mueven en esa dirección.
Los 27 se niegan a reconocer que Estados Unidos y China no contaron con la UE para adoptar las conclusiones de Copenhague. Dicen que no se consideran ni arrinconados ni traicionados. Greenpeace ha hecho pública hoy una nota en Bruselas, en la que dice que si Europa «quiere salvar el mundo de una crisis climática, primero debe resolver su crisis de liderazgo».
La Comisión europea debe hacer un informe de evaluación de la situación que estudiarán los ministros de Medio Ambiente el próximo 14 de enero en Sevilla. euroXpress