Esta noche a las 9 en la televisión francesa, TF1, France2, François Hollande y Nicolas Sarkozy juegan sus últimos cartuchos para convencer a los electores franceses. Una batalla mediática convertida en una guerra visual donde cada uno quiere ser el vencedor. En casi 40 años de debates televisivos en Francia, hasta ahora, ningún cara a cara ha cambiado la tendencia de los sondeos.
Uno de los tópicos más extendidos dice que a los franceses les encanta debatir ,y los programas de ese género ocupan gran parte de la parrilla televisiva. Desde hace 45 años se celebran debates entre los candidatos a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. El único año que no hubo fue en 2002, cuando Jacques Chirac se negó a celebrar un cara a cara con el ultraderechista, Jean-Marie LePen. Estos debate «presidenciables» se organizan el último miércoles de la campaña electoral y congrega ante el televisor a millones de telespectadores en las cadenas.
Este año los organizadores calculan unos 20 millones de audiencia. Hollande lleva días encerrado con su equipo de campaña para preparar este cara a cara, que será dirigido por dos periodistas. Sarkozy, que va segundo en las encuestas y acaba de perder el apoyo explícito de la líder ultraderechista Marine Le Pen, asegura que se prepara el debate en solitario, sin equipo. Según el último sondeo de IPSOS, Holande gana por un 53 por ciento (-1) y Sarkozy obtendría el 47 por ciento, aunque ha subido en relación a la última encuesta.
El candidato socialista, Françoise Hollande empezará el debate y el candidato conservador, Nicolas Sarkozy lo concluirá. El último debate entre los dos candidatos fue en las regionales de marzo de 1998. Uno de los enfrentamientos televisivos más recordados en el país galo fue el que protagonizaron dos pesos pesados de la política francesa en mayo de 1974: François Mitterrand y Valéry Giscard d'Estaing.
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