El objetivo final de esta expedición de 48 días es analizar el agua, sedimentos y corales para establecer relaciones entre cambios climáticos del pasado y su impacto sobre el ecosistema marino. Para ello, el James Cook ha sido equipado con cinco estaciones de control y laboratorios que permitirán a los científicos estudiar y recoger todos los datos precisos, así como con un avanzado robot submarino capaz de tomar muestras a gran profundidad.
Uno de los aspectos más innovadores de esta expedición es la investigación de esqueletos de coral de aguas profundas y su contraste con el agua y los sedimentos cercanos. Según indica Laura Robinson, «los esqueletos de muchas especies de coral se degradan por la acidificación del océano. El objetivo es comprender el efecto de los cambios de clima en el pasado sobre los ecosistemas de las profundidades del océano. La investigación marina ofrece pistas sobre las causas de la extinción de especies y su repoblacion. Durante el viaje, exploraremos el impacto de la temperatura, salinidad y disponibilidad de nutrientes en los corales, y esperamos aportar nuevos conocimientos sobre la oceanografía de aguas profundas así como sobre los procesos que intervienen en los cambios abruptos del clima en el pasado y en el futuro».
En esta página web se puede ver un mapa a tiempo real de la travesía del James Cook.