La canciller alemana, Angela Merkel, confía en que el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán, apruebe este jueves el rescate a la banca española que la UE acordó la pasada semana. «Siempre conseguimos la mayoría que necesitamos», ha dicho este domingo la canciller en la tradicional entrevista de verano en la televisión alemana.
Merkel, que ha reclamado un mayor compromiso con Europa, ha señalado que todavía no está decidido cual será el mecanismo europeo que garantizará el rescate. Lo que sí ha dicho claramente es que los países que reciban la ayuda, deben cumplir estrictamente las condiciones y las inspecciones de Bruselas. «Solidaridad sin controles, conmigo no» ha afirmado tajante.
«Debemos hacer una Europa más comprometida», ha dicho. Ha considerado un importante avance la aprobación del pacto fiscal de la UE y ha reclamado mayor control y capacidad de imponer sanciones para las instituciones europeas. En el caso de las ayudas a la banca de España ha recordado que se conceden según las reglas de los fondos de rescate y con el Estado español como garante.
En Finlandia no están tan convencidos. La ministra de finanzas y líder del partido socialdemócrata, Jutta Urpilainen, cree que el Gobierno de Mariano Rajoy debería dar avales a los contribuyentes finlandeses por su contribución al rescate de hasta 100.000 millones de euros para la banca. El grupo conservador, con el primer ministro a la cabeza, Jyrki Katainen, no lo considera necesario.
Las conversaciones en ese sentido entre Madrid y Helsinki avanzan. Según Urpilainen los avales podrían ser acciones de bancos. Cualquiera que sea el resultado debe de estar resuelto para el próximo jueves, que se debatirá en el parlamento finlandés.
El plan de recortes de Rajoy ha sido bien acogido en Alemania, pero ha hecho que los alemanes se planteen si tanta austeridad está beneficiando a la economía de la Eurozona, de la UE y de rechazo a la alemana. Peter Bofinger, uno de los asesores económicos de la canciller alemana no está tan seguro. Este fin de semana decía al semanario Der Spiegel, que si fuera tan bueno los mercados se darían cuenta y los «intereses de la deuda volverían a bajar». Y ampliaba «Por más que los países de la eurozona apliquen un ahorro férreo, lleven adelante reformas estructurales y lo hagan en general todo bien, seguirán amenazados por la bancarrota».
Bofinger ponía el ejemplo de Italia, «como el gobierno ahorra, el país se desliza hacia la recesión. Esto dificulta cumplir los objetivos de déficit. Lo que pone nerviosos a los inversores. Y hace subir los intereses de la deuda». El economista alemán es partidario de un pacto que «combine la mutualización limitada de la deuda con estrictas condiciones y un plan de amortización vinculante», algo de lo que se habla en todas partes menos en Alemania, hasta ahora. Que lo haga un asesor del gobierno parece significar que algo está cambiando allí.
Pero todavía hay más, el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW de Berlín) www.diw.de/en propone una receta diferente: crear un impuesto a la riqueza o un «préstamo forzoso» de los más ricos al Estado, que se les devolvería una vez pasada la crisis, con sus intereses incluidos.