El aumento de la bicicleta como transporte urbano sólo tiene parabienes: no genera CO2, se llega antes al destino, es económico, no necesita mucho espacio para aparcar y contribuye a disminuir la obesidad y el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes e hipertensión relacionadas con graves accidentes cardiovasculares.
No obstante, aún falta mucho para que en Europa la bicicleta sea una alternativa viable al coche. No todas las ciudades son iguales de amables con los ciclistas ni han puesto el mismo interés en construir carriles bici o aparcamientos. Los modelos a seguir siguen siendo Ámsterdam, Copenhague, Helsinki o las ciudades alemanas de Münster y Hannover.
Por países, Holanda, Dinamarca y Alemania son los Estados de la Unión Europea donde más implantado está el uso urbano de la bicicleta. Los daneses recorren a pedales 965 kilómetros por año por los 200 kilómetros anuales que recorren el resto de europeos. Si todos los países usaran la bicicleta al mismo nivel que Dinamarca, la UE podría reducir sus emisiones de gases invernadero un 25 por ciento.
Como ciudad a imitar, la Federación Ciclista Europea recomienda seguir los pasos de Sevilla donde, en solo cinco años, se ha diseñado e implantado una red de infraestructuras que ha hecho aumentar por diez el número de sevillanos que utilizan la bicicleta gracias a la construcción de más de 120 kilómetros de carriles bici, que conectan todos los puntos de la ciudad, y a un servicio municipal de alquiler de bicicletas inteligentemente distribuido a través de 260 estaciones públicas.
Red ciclista paneuropea
Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, Alemania y Austria ya disponen de carriles bici de larga distancia, paralelos a las redes nacionales de carretera, realidad que aún es lejana en Grecia, Portugal o España, donde el fomento de la bicicleta es una práctica institucional reciente y desigual en sus ciudades.
La red Eurovelo es un proyecto paneuropeo, gestionado por la Federación de Ciclistas Europeos, cuyo objetivo último es conectar Europa en bicicleta para favorecer la práctica de un turismo sostenible y activo. Actualmente, la vía interestatal comprende 12 vías que suman 70.000 kilómetros, de los que sólo se han construido unos 50.000.
En España, la vía paneuropea Eurovelo está diseñada para que pase por la Costa Atlántica y una la Península Ibérica con Francia, Irlanda, Reino Unido y Noruega. El carril atravesará las comunidades autónomas de País Vasco, Navarra, La Rioja, Castilla-León, Extremadura y Andalucía. Se aprovecharán caminos rurales y antiguas líneas de ferrocarril fuera de uso. Cuando Eurovelo esté terminada de construir, se podrán recorrer en bici los más de 5.000 kilómetros que separan Cádiz de Atenas. Aunque el fin último que persiguen los amantes de la bicicleta es poder viajar de Algeciras a Estambul.