Centros comerciales, aeropuertos, museos y hospitales constituyen el tipo de espacios complejos y desconcertantes que, para los mayores que empiezan a perder facultades cognitivas, resultan difíciles de recorrer sin ayuda. Además, los andadores disponibles no poseen la flexibilidad necesaria para ayudarles a pasear por espacios concurridos.
Investigadores del proyecto DALI trabajaron en el desarrollo de un «andador cognitivo» (c-Walker) que puede llevarse al edificio que se desea visitar, o recogerlo allí mismo, y que guía al usuario por las dependencias. El dispositivo dirige los movimientos del usuario para evitar zonas de gran actividad, obstáculos o incidencias.
«El c-Walker proporciona apoyo físico y cognitivo a los más mayores. Puede aportarles la confianza necesaria para desplazarse por espacios públicos», explica Luigi Palopoli, profesor de la Universidad de Trento (Italia) y coordinador de DALI (Devices for Assisted Living). «El dispositivo cuenta con múltiples prestaciones de alta tecnología sin que el usuario sea necesariamente consciente de que están allí. Lo que maneja es un andador «normal» que cuenta con varios componentes adicionales, como por ejemplo una pantalla o unas pulseras, y que no precisa de ningún tipo de conocimiento informático previo. La función del robot es la de guiar al usuario para que disfrute de una experiencia amena y sin riesgos».
Programación previa antes de su uso
Ir de compras se considera un ejercicio beneficioso para los más mayores que les ayuda a conservar su movilidad e independencia. Además les ofrece una vía de interacción social. Los responsables de DALI han tenido en cuenta estas razones para escoger los centros comerciales como el tipo de entorno ideal a visitar por un usuario de edad avanzada. Tras recoger el c-Walker en la entrada, hay que seleccionar el perfil de usuario más adecuado y las tiendas que se desea visitar en un menú sencillo mostrado en su pantalla táctil. A partir de ahí, el c-Walker recomienda el recorrido óptimo y ejerce de guía mediante interfaces visuales, acústicas y táctiles.
Para situarse, el dispositivo se sirve de distintos medios, como etiquetas RFID, códigos QR invisibles y cámaras. Es capaz además de conectar con sensores remotos, como cámaras de seguridad y otros c-Walkers cercanos en uso, para estar al tanto de posibles anomalías, espacios concurridos o peligros. El dispositivo cuenta con frenos y ruedas motorizadas, unas pulseras hápticas que indican cuándo y cómo girar y un sistema para solicitar ayuda en caso de necesidad.
DALI es un proyecto centrado sobre todo en los usuarios. El equipo científico al cargo se entrevistó con cincuenta personas mayores de España y Reino Unido, quienes refirieron sus necesidades de movilidad, para así incorporar al robot características que pudieran resultarles de ayuda. El c-Walker se ensayó posteriormente en hogares de la tercera edad en Ciudad Real (España) y Trento (Italia). La información recabada durante estas pruebas se utilizó para diseñar un modelo piloto más avanzado.
Al basar el diseño en software en lugar de en costosos componentes mecatrónicos, el consorcio de DALI ha reducido el coste de las unidades desde varias decenas de miles de euros a cerca de dos mil euros por dispositivo.
Redes sociales para salir a la calle
DALI ha contado con 3 millones de euros de financiación proporcionados a través del 7PM y llegó a su fin el pasado octubre. Ahora se ha puesto en marcha un nuevo proyecto de tres años y medio de duración titulado ACANTO que introducirá mejoras adicionales en el c-Walker. ACANTO, dotado de 4,2 millones de euros procedentes de Horizonte 2020, pondrá en contacto a los usuarios del c-Walker mediante redes sociales. «Esta capacidad supondrá un incentivo para salir de casa», afirma el profesor Palopoli. «DALI se dedicó al usuario, mientras que en ACANTO tenemos en mente a grupos de usuarios que puedan realizar actividades juntos, como una visita a un museo».
Desde el consorcio se opina que los c-Walkers podrían tener un uso extendido en 2020 si se constituye una empresa derivada que los comercialice o bien mediante la inversión de un fabricante de tecnología de primer orden.