El nadador noruego Alexander Dale Oen (26 años), campeón del mundo de 100 metros braza y subcampeón olímpico en los Juegos de Pekín 2008, ha muerto de un ataque al corazón en un entrenamiento realizado en Arizona donde se preparaba para los Juegos de Londres 2012. El nadador se desplomó en la ducha y no respondió ante los ejercicios de reanimación que se le realizaron. Ayer en su cuenta de twitter escribía «sólo dos días en la concentración de Flagstaff. Será el momento de volver a la ciudad más bonita de Noruega, Bergen». El nadador era la gran esperanza de conseguir medalla para su país en los próximo Juegos Olímpicos.
Hace una semana, moría en la maratón de Londres, la británica Claire Squires. Se desplomó cuando encaraba el último tramo de la célebre carrera, cerca del palacio de Buckingham. La muerte de estos dos atletas de élite, tan vinculadas a Londres 2012, abre de nuevo el debate sobre la muerte súbita en estos deportistas.
Los casos que más llaman la atención del público es el de los futbolistas que han perdido la vida sobre el terreno de juego. El último ha sido el italiano Piermario Morosini, que sufrió un paro cardiaco en el Pescara-Livorno. Otro futbolista que tuvo en vilo a miles de aficionados fue Fabrice Muamba el jugador del Bolton inglés que cayó fulminado en el partido entre su equipo y el Tottenham. Todavía en proceso de recuperación, este sábado agradecía en twitter el apoyo que había recibido de su afición. En el fútbol español se recuerda a Antonio Puerta (en un partido Sevilla-Getafe) o Dani Jarque, jugador del Espanyol, que murió durante la concentración de pretemporada de su equipo. Miklos Feher, del Benfica, Marc-Vivien Foé, Pedro Berruezo, el árbitro José Roberto Rodás son otros ejemplos de futbolistas que han perdido la vida en el terreno de juego.
Los científicos se preguntan con qué frecuencia los deportistas de élite, principalmente los futbolistas, deben hacerse electrocardiogramas para detectar estas anomalías, causadas en muchas ocasiones por razones genéticas. A la mayoría de los deportistas solo se les hace un examen al año, pero algunos proponen que sean por lo menos dos. Sanjay Sharma, cardiólogo de la Universidad de Saint George, en Londres, dice que «es un dilema porque esta dolencia afecta a uno entre 50.000, lo que significaría que habría que escanear a miles de atletas para identificar solo un caso» A eso se agrega que este test solo descubre el 60 o 70 por ciento de los casos. La muerte súbita sucede por una de dos razones: un coágulo tapona la arteria coronaria o hay un fallo de los músculos del corazón. Pero aún no se sabe por qué los futbolistas, que son atletas de alto rendimiento, tienden a sufrir de este problema.